domingo, 20 de enero de 2019

La Pena de Muerte


                                          Valentina Hernández Chacón 



                                                Ingeniería Estadística 



Durante los últimos años los países que aplican la pena de muerte como castigo por delitos graves han disminuido progresivamente de 54 en 2005 a los 38 registrados a fecha de 30 de junio de 2016. Lo que indica que cada vez son más países los que no están de acuerdo con este tipo de castigo.
Sin embargo, la pena de muerte no ha sido descartada en su totalidad, en el mundo político de diversos países se ha llegado a pensar incluso en plebiscitos nacionales para restablecerla. Como es el caso de Chile. Donde la pena de muerte fue derogada hace 17 años y aplicada por última vez en 1985. No obstante, se ha pensado en aplicarla luego de conocer el caso de Sophia Ríos, una menor de 1 años y 11 meses que falleció en Puerto Montt debido a los reiterados golpes y abusos de su padre. Esta situación no deja a nadie indiferente y nos obliga a nivel moral y ético, a asumir una postura frente a estos hechos. Considero que restablecer la pena de muerte en Chile no es una idea nefasta ni una mala opción. Consideremos que el costo que tiene para el Estado de Chile mantener a un preso alcanza los $ 724 mil mensuales (cifra que es parte del contenido del oficio que el Ministerio de Justicia envió a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado el 30 de noviembre del año 2017) Una suma no menor, que asociada a la gran cantidad de prisioneros que existe en el país, si se aplicara la pena de muerte a los delitos graves, la cifra bajaría considerablemente. ¿Esto realmente ayudaría a disminuir los delitos graves?
 Donde por cierto, todos nos vemos involucrados, pues este dinero destinado a la mantención de prisioneros sale de los impuesto de todos los chilenos.
Se podría pensar que quitarle la vida a una persona es vulnerar sus derechos humanos, sin embargo, cuando esa persona mata ¿No pierde acaso sus derechos? Es decir, si como individuo soy capaz de asesinar a alguien, merezco también el mismo castigo, no puede aludir a sus derechos humanos cuando vulneró y violó el de otro, simplemente los pierde. Además, hablar de pena de muerte no significa matar deliberadamente, debe existir un trabajo exhaustivo por parte de profesionales para dictar dicha sentencia a casos graves como lo es el homicidio y parricidio.
Lamentablemente en nuestro país no existe un buen programa de re-inserción que evite que los criminales no vuelvan a cometer estos delitos, por lo que nada más que la pena de muerte nos da la seguridad de que no se vuelvan a cometer.

Paula Narváez, Ex vocera del Gobierno de Michelle Bachelet dijo que esperan que se apliquen "las penas más altas" contra agresores y abusadores, pero clarificó que "la pena de muerte no resulta ser una medida disuasiva". Oración con la cual discrepo puesto que los delitos han aumentado y es justamente por las bajas penas que se aplican a delitos graves, considero que la pena de muerte si sería una medida disuasiva puesto que al ser una medida tan extrema, una persona antes de cometer un delito sabría a lo que se está arriesgando.

Por otro lado es posible que a nivel religioso existan argumentos en contra, que son aceptables, pero debemos recordar que Chile es un país democrático, cuyas leyes son hechas en base a lo que el pueblo pide y necesita, por lo que, en el caso de llegar  a un plebiscito si las personas a nivel colectivo así lo deciden (un posible restablecimiento de la pena) no habrá minoría que pueda contra eso.
Visto desde un punto social la pena de muerte sería una medida disuasiva, una medida de seguridad, además de control ante la demanda de las cárceles, que están sobre-pobladas de reos.
 
Desde un punto de vista económico, también sería una buena opción para destinar ese dinero a otras instituciones más necesitadas del estado como es SENAME.
Desde un punto de vista político, sería una ley o restablecimiento solicitado por la democracia que piden los ciudadanos chilenos  y a nivel cultural Chile no sería un país retrograda , sería un país capaz de adaptarse a las situaciones y/o delitos graves que necesitan medidas proporcionales a los delitos cometidos.
Los tiempos cambian y como sociedad debemos cambiar con ellos.
En conclusión, la pena de muerte sigue siendo un tema controversial debido a que es una medida muy estricta que no todos estamos a favor o en contra de esta. Tenemos que tener claro que la pena de muerte no es una solución 100% viable, ya que nadie nos garantiza que los delitos graves disminuyan. Pero si puede provocar una conciencia en las personas antes de cometer un delito, lo que nos hace considerar a nosotros que en algunos casos si la pena de muerte sería una buena opción. Finalmente este tema se seguirá debatiendo ya que es un tema muy complejo y delicado.

 Bibliografía


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