martes, 28 de junio de 2016

Ricos y pobres: una sociedad en decadencia.

Por Débora Miranda Leiva.

¿Qué es lo primero que piensas cuando escuchas la palabra riqueza? De seguro, en el dinero, que sin este no se puede acceder a los beneficios que las personas acaudaladas reciben. ¿Qué piensas cuando escuchas el concepto pobreza? Lo más probable sería pensar en las personas que viven en campamentos sociales o no tienen dinero para comprar ni siquiera el pan. A pesar de que estos conceptos han llegado a tener una cosmovisión bastante específica - gracias a la sociedad que le da un significado universal - ambos son términos muy amplios, los cuales tienen que ser analizados contextualmente.

Según la Real Academia Española, la palabra riqueza tiene más de un alcance, pero, en este caso, veremos uno solo: “abundancia de cualidades o atributos excelentes”. El vocablo pobreza también tiene un sentido bastante amplio y veremos dos de ellos. El primero, es “falta, escasez” y, el segundo, “falta de magnanimidad, de gallardía, de nobleza del ánimo”. Necesariamente no están referidos a la economía, sino a una gama de materias en las cuales tienen relevancia.

El análisis de estos conceptos requiere de un estudio profundo de la historia social de la humanidad donde se fundó el paradigma, pero, en este escrito, no será desarrollado, ya que nos enfocaremos en el tema de cómo es la abundancia o escasez de valores éticos en la sociedad.

Por ejemplo, un hombre - o, mejor dicho, persona, para no caer en el machismo - está sentado viendo la televisión cuando en las noticas se informa que unos criminales, violadores de una chica, saldrán libres por falta de pruebas, a pesar de que todo estaba en contra de ellos. En otro canal, anuncian que arrestaron a un chico que apuñaló a un hombre que intentó abusar de una joven y se dice que su pena mínima será de tres años y un día en la cárcel.

¿Dónde está la justicia? Eso es lo que muchos - y quizás tú - te preguntarás, ya que, en el primer caso, todos sabían - o deducían - que los victimarios sí ultrajaron a la joven; en cambio, en el segundo, el hombre solo estaba actuando en defensa del más débil. En situaciones como esta se puede ver la falta de flexibilidad de la ley; el considerar excepciones a los casos y analizar las individualidades.

Este ejemplo, como otros más, muestra la falta de honradez de las personas, su escasez de criterio para juzgar a otros y su falta de comprensión al escuchar las situaciones ajenas, eso demuestra que la sociedad está decayendo en los valores fundamentales para la vida humana, llegando al punto de  perder los principios humanos para esta.

La sociedad, a medida que va pasando el tiempo, va cambiando su forma de vivir y, con ello, su forma de pensar. A medida que más avanza la globalización, las personas van perdiendo su identidad y siguen los modelos humanos solo por tendencia y no por decisión propia. El humano está perdiendo sus sentimientos y ya no está considerando el criterio correcto de las cosas.

Antes la ley estaba por sobre cualquier individuo o colectivo. La ley era la carta que nos demostraba que las personas aún conservaban su criterio sobre lo que era bueno y lo que era malo. El ser humano tenía que adaptarse, moldearse a la ley y esta tenía que estar siempre en lo más alto de la sociedad, porque la ley no se rebajaba a los pensamientos de los hombres, ya que, como dijo Leonardo Da Vinci, “no hay cosa que nos engañe más que nuestro juicio”, porque el pensamiento de la humanidad es el más frágil y cambiante que pudo haber existido jamás.

Pero para nuestra triste realidad esto no ocurre. A pesar de que no nos demos cuenta, la ley se rebaja a los caprichos del hombre, porque este no es capaz de cumplir la ley en su totalidad, demostrando su falta de compromiso, perseverancia y lealtad hacia algo que él mismo implantó para ponerle límites a la sociedad. Luego de que ya quebrantó las leyes empieza a cuestionarse sobre si quiere vivir en un ambiente así, como dijo C. Catoriadis:

Lo que hoy está en crisis es precisamente la sociedad como tal
 para el hombre contemporáneo(…) ¿Quiere el hombre
 contemporáneo la sociedad en que vive? ¿Quiere otra? ¿Quiere
 alguna sociedad? La respuesta se lee en los actos, y en la
 ausencia de los mismos” (Salvat 2003, en Castoriadis)

La riqueza y la pobreza van más allá de poseer o no poseer dinero, propiedades o lujos, implican algo mucho más profundo, una herencia inmaterial que nuestros descendientes heredarán como parte de nuestro legado. Nuestros valores morales. Las personas acaudaladas dicen que ellos le heredan a sus hijos sus posesiones, mientras que los pobres económicamente pueden entregarle a sus hijos la educación, pero lo que realmente queda en la mente de uno, propiamente tal, es el valor moral que nos inculcan nuestros padres. Respetar la ley tal cual es y no esperar que esta llegue a nosotros, sino que nosotros lleguemos a ella.

La verdadera riqueza no es hacer lo que todos hacen o seguir un paradigma que todos aplican o tener muchas posesiones materiales, sino saber qué es lo correcto y qué no para así poder discernir la sociedad y sobrevivir a ella con todas sus imperfecciones y decadencias. La pobreza moral es la peor condena que el ser humano puede tener, porque sin ella la sociedad no podrá actuar con principios éticos, ya que la ética, según Fernando Savater en su libro “Ética para Amador”, es definida como “el arte de vivir, el saber vivir, por lo tanto el arte de discernir lo que nos conviene y lo que no nos conviene”.


Y tú ¿Qué piensas sobre la riqueza y la pobreza? ¿cómo te calificas a ti mismo? ¿eres una persona rica o una persona pobre?


Referencias

Castoriadis, C. (1998), El ascenso de la insignificancia, Frónesis, Cátedra/U.de Valencia, Madrid.

- Da Vinci, Leonardo, aforismos.
http://www.motoexcalibur.com.ar/aforismos.htm

- Diccionario de la Real Academia Española.

 Salvat, Pablo (2003), Ética, pobreza y justicia, de la revista Persona y Sociedad.
http://www.uclouvain.be/cps/ucl/doc/dvlp/documents/pablo_salvat.pdf

- Savater, Fernando (1991), Ética para Amador, Editorial Ariel, Barcelona.

- Tesis doctoral presentada por Alfonso Dubois Migoya. Dirigida por el doctor Robert B. Sutcliffe (1999) La revisión del concepto de pobreza. Fundamentos para un marco analítico alternativo de la pobreza desde la referencia del bienestar. Universidad de Pa’s Vasco, Bilbao.


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