Por Juan Pablo Isamit Faure
Antes de comenzar este
ensayo, quisiera dar énfasis en que trabajare a lo largo de este texto en base
a la filosofía occidental, es decir la que nace hace más de 2500 años en la
antigua Grecia a partir de aquellos intelectuales con mucho tiempo libre que intentaron
explicar la forma en que fue concebido el mundo. Cabe hacer esta distinción
puesto que de la filosofía oriental poseo poco conocimiento y esta toca temas
muchos más profundos (como la composición de la materia en cuatro elementos
primordiales, entre otras teorías místicas). Dicho esto, comenzare.
¿Qué
es la filosofía? Una pregunta con un grado de dificultad especial, y no digo
que sea difícil en sí, sino que para cada individuo esta pregunta puede -y me
atrevería a afirmar- tener las más diversas respuestas con distintos matices de
profundidad.
Si
lo vemos desde el punto de vista de algunos reconocidos filósofos, Epicuro
(341-270 a.C.) dice “La filosofía es una
actividad que procura con discursos y razonamientos la vida feliz”, mientras
que Platón
(427-347 a.C.) dice “La filosofía es la ciencia de la razón de las cosas”.
Ahora
si volvemos al presente, algunos podrían
responder: “(…) es una manera de pensar las cosas mediante la reflexión, no sé
(…)” como en el caso de algunos familiares, o darse un rato para reflexionar de
la importancia de la consistencia de la respuesta a esta pregunta. Después de
todo, la filosofía es algo –casi- personal que nace de la contemplación de cada
uno con respecto a problemáticas individuales, pero, en el fondo, comunes para
todos como por ejemplo: “¿Por qué estoy/ estamos aquí?”. Estas preguntas, las
cuales no tienen respuesta del todo satisfactoria o simplemente carecen de
ella, son esenciales, pues cuestionan y tocan temas por lo general metafísicos
y ahí radica su importancia. Pero mi objetivo no es buscar una respuesta
general a esta incógnita, sino que, como plantee en un principio, desviarme
hacia lo netamente personal y expresar
mi postura frente a la filosofía y que
significa para mí, argumentando lo que venga al caso.
¿Qué
es para mí la filosofía? Me gustaría empezar diciendo que es más que solo
pensar y darle vueltas a las cosas, que es lo que cree gran parte de la gente a
la que le pregunte su opinión respecto al tema. La filosofía no requiere una
gran cantidad de materia gris, no hay que “pensar tanto” para hacer filosofía,
solo se necesita que el individuo
desarrolle su capacidad de abstraerse y ver los problemas desde otro
punto de vista. Todos podemos filosofar con un mínimo esfuerzo, y, es más, hay
gente que tiende a hacer filosofía de
manera inconsciente en cualquier ámbito de su vida. Y es esa misma gente, la
que no se da cuenta de su habilidad ni tampoco la cultiva piensa que la filosofía
es una materia más que solo hay que aprobar sobre el final del ciclo de educación
media , pero no es así , no es algo que
se pueda estudiar como tal, no es una ciencia, sino una disciplina. La
filosofía no se puede estudiar como la Matemática, la física, la biología, el
lenguaje o específicamente mi campo que vendría siendo la estadística, puesto
que la primera no está establecida, nadie te puede indicar como filosofar, es
decir, como buscar tus propias respuestas frente a las preguntas que todos nos
hacemos en algún momento. En cambio, si
te pueden indicar cuál es la fórmula de tal y cual distribución estadística, de
tal y cual método para integrar o derivar, o de que las palabras esdrújulas
llevan siempre tilde (con algunas excepciones). La filosofía no está
establecida, no hay una “verdad” para ella, sino que cada quien tiene su “verdad”, ya que, como exprese anteriormente,
es un tema personal, individual que varía de persona a persona.
Entonces
se preguntaran: ¿Qué estudian entonces los filósofos? ¿Qué contenido tiene el
ramo de filosofía escolar, ya que sostienes que no es una materia como la
matemática? Es simple: Se estudian puntos de vista, se estudia su historia, su
transformación a través del tiempo y sus aspectos importantes. Esta disciplina,
al ser algo variante entre individuos, no se puede estudiar “memorizando lo que
dijo tal eminencia”, sino que se analiza e interpreta los distintos puntos de
vista de intelectuales destacados que han profundizado en sus materias, es
decir, se presentan perspectivas con respecto a una problemática en particular
y se espera que los estudiantes formen criterio a base de esta, a modo de guía.
Entonces el estudio del “ramo” escolar llamado filosofía (habitualmente junto a
Psicología) tiene por objetivo no que el alumno aprenda que dijo Marx sobre aquello,
o porque Platón creía en la trascendencia del alma, sino que desde estas
premisas y sus respectivas argumentaciones el estudiante sea capaz de situarse
en la perspectiva del autor y sacar sus propias conclusiones.
Yendo
más al diccionario y la etimología, la filosofía (del latín philosophĭa, y este
del griego antiguo φιλοσοφία, «amor por la sabiduría») nos habla del saber, y
del gusto del filósofo sobre este. El filósofo se encuentra en una constante
búsqueda de respuestas, una búsqueda que no tendrá un fin determinado, y esto
muy bien lo sabe él, puesto que ese es el “chiste” de la filosofía, el
responder una pregunta y que surjan tres, o cien, o mil. El constante
cuestionamiento es propio de cada ser humano, ya que nuestro quehacer diario se
basa en eso, preguntas, incógnitas, decisiones y una infinidad de horas de
sueño derrochadas en la búsqueda de la respuesta. Pero desde mi punto de vista
la diferencia entre un Filósofo y una persona que hace filosofía es algo muy
sutil. El primero se da cuenta de su condición, se percata de que está ansioso
de respuestas y más aún, de preguntas, en cambio, la persona común hace
filosofía casi por necesidad, sin percatarse (en su mayoría) de ello y
prefieren no cuestionarse en exceso sobre temas que por lo general les da
respuesta cosas como la política, las leyes o la religión. A modo de ejemplo,
probemos con la pregunta – yendo a un extremo- “¿Por qué se me prohíbe matar a
alguien?” ,la gente común y corriente se podría apoyar para responder esa
pregunta en cosas como la Ley: “Usted no puede matar a nadie porque la ley lo
prohíbe, y si lo hace le espera pena de cárcel” o la religión: “Dios es amor y dijo
en los diez mandamientos “No matarás”,
por ende, si creo en Dios y en el paraíso más allá de lo terrenal, no mataré”.
En el fondo, la gente que va un poco más allá de estas respuestas
“prefabricadas” se le podría considerar filósofos.
¿Todos
hacen filosofía entonces? No lo puedo confirmar, ni menos argumentar a favor de
ello. Lo que sí puedo hacer es tratar de demostrar que no todos hacen filosofía. Hay de todo en esta
tierra, desde humildes microorganismos unicelulares hasta organismos complejos
como lo es el ser humano, único animal que ha roto las barreras del instinto y
tiene la -mala o buena- costumbre de cuestionarse todo. Teniendo esto claro,
damos por hecho que a todos nosotros homo sapiens sapiens nos “aqueja” el mismo
trastorno “preguntón”, pero después de darle un par de temas al asunto he
llegado a una conclusión que podría responder a la pregunta inicial de este
párrafo: Al igual que las discapacidades físicas afectan en la movilización en
las calles de Santiago, los trastornos/enfermedades mentales y los desórdenes
emocionales afectan de igual manera el raciocinio, y por ende, la capacidad de
preguntarse y responderse. No puedes pedirle a un niño con síndrome de Down que
se pregunte cosas del tipo “¿Qué es la justicia?” o a un esquizofrénico
juzgarlo porque en un arranque de desesperación las voces en su cabeza le
ordenaron matar a 5 personas en el bazar del barrio, porque, los primeros son
seres humanos netamente emocionales (como escuche a alguien con un familiar así,
son puro amor) y los segundos no están en sus cabales para tomar decisiones de buena
manera. Tampoco quiero decir que la gente con síndrome de Down no pueda pensar
ni mucho menos, o que todos los esquizofrénicos son asesinos, sino que es más
probable que si el individuo padece alguna condición mental o psicológica tenga
problemas para sumirse en el pensamiento y preocuparse por ciertas
problemáticas filosóficas.
Por
lo tanto, para mí, la filosofía es una disciplina abierta para todos pero que
en su estudio avanzado es más limitada a la gente que puede ir un poco más allá
de las respuestas establecidas en la sociedad. En lo personal, es muy útil para
meditar y expandir un poco más la mente e ir profundizando en lo que realmente
necesito resolver. Pero esa es mi perspectiva, ¿Habrá personas con un punto de
vista similar?, ¿Existirá algún día un consenso?, ¿Podremos definir una filosofía
para todos? Son preguntas, como dije en un principio, que no tienen respuesta…
¿Aún?
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