Por David Quijada
Hernández
Ingeniería
Matemática
Español I
Universidad de
Santiago de Chile.
Estamos
a Junio de 2017 y la efervescencia futbolística se reactiva, este año el turno
es de la copa confederaciones, torneo creado con el fin de ser un ensayo
general para la copa mundial de la FIFA. Las expectativas son altas ya que se
espera tener la organización básica como estadios de última tecnología, máxima
seguridad, hoteles preparados y complejos deportivos a la altura para poder
alojar a las selecciones presentes en la cita, etc. Todo el mundo es capaz de
ver toda esa innovación, la prensa durante estos periodos se encarga de
refregarnos casi las 24 horas del día este tipo de cosas. Y es que en ámbitos
organizativos genera momentos gratos a nivel interpersonal, el problema llega
cuando vemos la finalidad de todo esto, el lucro. Desde el más mínimo detalle
de preparación que podamos evidenciar se puede asociar completamente a un fin
comercial. Es desde ese punto al que me quiero referir en este escrito, dado
los antecedentes que se mencionan anteriormente es que se podría hablar de una
completa contradicción respecto del fútbol, y es que, ¿cómo el fútbol puede ser
asociado a un fin lucrativo si este siempre fue del pueblo? Esta incógnita será
el eje central a desarrollar.
El
fútbol históricamente fue utilizado en los barrios como un método de unión de
este mismo, en torno al cual se generaban actividades sociales y lo hicieron de
la siguiente forma. Un grupo de personas se unían para fundar un club, el cual
mediante la participación activa de socios lograban reunir la cantidad
suficiente de personas para poder participar de un campeonato de fútbol. Ya
ingresado el equipo al campeonato, se invitaba cordialmente a los familiares,
amigos, parejas, etc.; de cada uno de los jugadores con el fin de apoyar al
equipo y, por qué no, hacer crecer su espectro de socios. Estos socios
lógicamente tenían beneficios retribuidos de la constante participación y
sacrificio con el equipo, ya sea con premios o con actividades a beneficio
acorde al problema que uno de ellos presentaba, desde estas actividades a
beneficio es que comienza la consciencia social de sus participantes,
generándose instancias de debate sobre todos los temas de contingencia por los
cuales se esté pasando, lo que convirtió al fútbol de barrio en una herramienta
social poderosa para las personas, ya que a través del deporte se estaría
participando por el bien común, en pocas palabras, a través del fútbol de
barrio se estaba haciendo política.
El
problema llega en el momento exacto en que el capitalismo enfoca su mirada en
el fútbol como un potencial mercado por abrir ya que era tanto el fanatismo por
este deporte que la gente no tenía problema en invertir dinero en sus clubes
obteniendo implementos y reconocimiento de éste, lo que era un intercambio que
dejaba contentos a ambos, ya que la persona se preocupaba por el club, influía
en sus decisiones y el club le retribuía la misma preocupación además de
reconocer su participación. Es por esto que, a través del concepto de mercado,
el sistema capitalista “compra el fútbol” y se mete en medio de este sistema en
que la persona y el club se retribuían beneficios mutuos, y ¿cómo lo hicieron? Lo
responderemos a continuación.
La
forma en que se hicieron dueño del fútbol fue con actos como utilizar la
fórmula de sociedades anónimas para salvar de crisis económicas a los clubes
para, a la vez hacerse cargo de sus decisiones más importantes y relegando a
sus socios a un rol meramente de espectador, con beneficios mínimos y
prácticamente sin poder hacer absolutamente nada a la hora de tomar decisiones.
Además, se llevan las utilidades de la venta de mercancías (ya sea ropa,
implementos deportivos, accesorios, etc.); de la venta de entradas, que dicho
sea de paso sus valores semana a semana cuestan aproximadamente entre un 10% y
un 20% de un sueldo mínimo y finalmente de la privatización de los derechos televisivos
para los partidos de cada fin de semana haciéndonos pagar por ver deporte desde
nuestras propias casas. Finalmente, como si eso no les pareciera suficiente
recaudación, el capitalismo busca acabar con lo poco que le queda al fútbol de
barrio privatizando terrenos que podrían ser potenciales espacios de
esparcimiento público, que podrían ser plazas, centros para talleres, centros de
actividad deportiva, cada una de estas opciones absolutamente gratuitas y las
convierte en centros deportivos privados, donde se lucra con el concepto de
vida sana.
El
capitalismo se adueñó del fútbol y lo convirtió en una más de sus aristas de
mercados, arista por el cual estamos hoy efervescente para mirar frente a un
televisor la copa confederaciones que es el distractor ideal para que el pueblo
olvide los reales problemas sociales que se experimentan en los países, tal
como lo ha sido en la mayoría de sus citas importantes, como cuenta en una
entrevista hecha por Roberto Parrottino para TiempoAr la sra. Estela de
Carlotta, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina cuando se le
pregunta cómo vivió 1978 (año que coincide el golpe de estado en Argentina con
el Mundial de Fútbol organizado y ganado por ellos mismos) año en que asesinan
a su hija Laura, a lo que ella responde: “Tremendo. Ella fue secuestrada a fines
del 77. Yo no sabía que estaba esperando un bebé. Estaba clandestina en Buenos
Aires y no se veía conmigo porque era riesgoso. Se veía con el padre, que
viajaba mucho porque tenía un negocio. Estábamos vigilados. Así que en el '78
empiezo a juntarme formalmente con las Abuelas y a buscarla. En abril me entero
de que estaba esperando un bebé. Y el 25 de agosto la asesinan. En el medio, se
hizo el Mundial. Estábamos en casa, todos alegres, mis hermanos, y mi marido y yo
llorando… "¿En qué país viven? Están brindando, y los gritos de gol están
callando los alaridos de los torturados", decíamos. En La Plata era de
todos los días. Que los compañeros habían sido asesinados. Lo sabían. Fue muy
doloroso. Después vino el 79, y vino la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, y también utilizaron el fútbol para callarnos”[1]
El relato anterior expresa todo lo
contrario a lo que es el fútbol que se desarrollaba antes; ese de barrio; que,
en conjunto con la realización de las actividades deportivas y de esparcimiento
social, darían espacio al debate de estos reales problemas que se viven como
contingencia, los que específicamente en la actualidad de Chile podría ser:
educación, sistema de pensiones, inclusión, identidad e igualdad de género,
entre otros.
En
conclusión, debemos identificar con altura de miras los diferentes tipos de
fútbol que viven en la actualidad (independiente de cual sea el mas importante),
dado a que ambos se presentan como una completa contraparte, en donde se puede asociar
a la lucha de clases, donde el pueblo fue despojado de lo que tiene y quiere
recuperarlo y el capitalismo quiere acabar definitivamente con el fútbol de
barrio eliminando así una de las grandes instancias sociales que tiene el
pueblo como medio de organización. Por lo tanto, en respuesta a la pregunta planteada
en el título de este ensayo, podemos decir que el fútbol es ambas, pero es
deber nuestro elegir a cuál de los dos le damos relevancia.
BIBLIOGRAFÍA
[1] De Carlotta E. (2017, Junio 11)
entrevista con Estela de Carlotta. Recuperado de https://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/68049-tengo-una-relacion-extrana-con-el-futbol-pero-nos-ayudo-en-la-lucha
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