El aborto terapéutico
en Chile: Entre los datos y lo que creemos.
Por María
Francisca Saavedra Palma
Cuando se intercambian opiniones
respecto al aborto es común que se genere una especie de batalla campal que pareciera
nunca terminar. A propósito de lo que se discute en el Senado estos días, se
escuchan infinidad de argumentos por parte de los sectores que están a favor de
él y los que no. Es por esto que mi objetivo es presentar ambas posturas y
demostrar que los datos avalan que el aborto es una opción que solucionaría la
problemática que viven muchas mujeres que no perseveran en su embarazo.
En el marco del nuevo Proyecto de Ley
que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en
tres causales: violación,
riesgo de vida de la madre e inviabilidad del feto. Hoy
en Chile aún no hay una postura única entre las personas sobre si se debería legalizar
el aborto terapéutico, sin embargo según los resultados de la última Encuesta Cadem, pudimos ver una cara de la
ciudadanía que pocas veces es mostrada en medio del intenso debate político.
Del total de los encuestados, un amplio 76%
señaló que aprueba el aborto si la salud de la madre está en riesgo por el
embarazo, mientras que un 72% se mostró a favor en caso de inviabilidad
del feto. Además, un 71% respaldó
la causal de violación, en contraste a las complejas discusiones que han
sostenido los parlamentarios sobre este tema.
A pesar del avance del proyecto, aún continúa recibiendo fuertes críticas
por parte de algunos sectores de la Democracia Cristiana y los partidos de
oposición. La discusión continúa fuera del Congreso, donde a pesar de que las
encuestas revelan que la mayoría de los chilenos apoya la despenalización del
aborto (69% según Cadem), existe un 26% que se opone.
¿Cuáles son las razones de quienes se niegan a ver la interrupción del embarazo como una opción válida? ¿Es sólo una cosa de religión? Considerando que hasta ahora, Chile es uno de los nueve países del mundo donde el aborto no está permitido bajo ninguna circunstancia, y el segundo en Sudamérica, ¿No será momento para avanzar en políticas públicas y que nuestro Estado laico deje de influenciarse por la Iglesia? Considero que, al ser el Estado de Chile un Estado laico, debe reconocer el derecho que asiste a toda persona para conducirse en su vida de acuerdo con sus convicciones y principios morales, sean estos de carácter religioso o no.
¿Cuáles son las razones de quienes se niegan a ver la interrupción del embarazo como una opción válida? ¿Es sólo una cosa de religión? Considerando que hasta ahora, Chile es uno de los nueve países del mundo donde el aborto no está permitido bajo ninguna circunstancia, y el segundo en Sudamérica, ¿No será momento para avanzar en políticas públicas y que nuestro Estado laico deje de influenciarse por la Iglesia? Considero que, al ser el Estado de Chile un Estado laico, debe reconocer el derecho que asiste a toda persona para conducirse en su vida de acuerdo con sus convicciones y principios morales, sean estos de carácter religioso o no.
¿Cuáles son los motivos de los chilenos que están en contra del aborto
terapéutico?
Después de leer diferentes testimonios de personas que se consideran “Pro
vida”, me doy cuenta de que todas caen en similares argumentos para oponerse al
aborto terapéutico. Algunos afirman: no
es terapéutico, pues el aborto implicaría un trauma más que una terapia, otros
señalan que: en el caso de una violación
la “guagua” no tiene la culpa y que las cosas que pasan, aunque sean malas
siempre ayudan a crecer, mientras que en la realidad personalmente creo que
decidir por una mujer a llevar a cabo un embarazo no deseado es una crueldad
tremenda, además declaran que en tal caso se estaría castigando al bebé y no al
violador. Otros se cuestionan ¿qué será considerado
como “inviable”? vaticinando que ahora podremos elegir sobre el tipo de
hijo que queremos, y por último hay quienes creen que Chile ha sido
influenciado por ideologías extranjeras que no representan la realidad del
país.
Los antiabortistas están
defendiendo su forma de entender la vida y sus valores, por esto sus razones, algunas carentes de
argumentos aceptables, no poseen respaldo médico o científico que las avale,
son solo un punto de vista personal y que no representan la verdadera realidad
del país en el que vivimos pues ninguna mujer quiere un aborto como se quiere
un helado o un par de zapatos nuevos, ellas quieren un aborto como un animal en
una trampa quiere roer su propia pierna. Por esto las razones de los chilenos
que apoyan la despenalización se respaldan en cifras reales, que escapan de lo
que muchos quisiéramos.
De acuerdo a las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud,
cada año se realizan 22 millones de abortos peligrosos en el mundo y 47 mil de
estos provoca la muerte de la madre. Unos 5 millones de mujeres ingresan a
hospitales tras la interrupción del embarazo en condiciones adversas, pero tres
millones no reciben atención médica. Las principales complicaciones son: aborto
incompleto, hemorragias, infección, perforación uterina y daños en el tracto
genital. En Chile el aborto es la tercera causa de mortalidad materna, según
información del Ministerio de Salud (Minsal, 2014). Un 17% de las muertes
maternas se produce por interrupciones del embarazo de manera clandestina.
Todos estos datos han demostrado que la prohibición absoluta y la
criminalización de toda forma de interrupción del embarazo no han impedido ni
impiden su práctica en condiciones de riesgo para la vida y la salud de las
mujeres, lo que se traduce en una vulneración a sus derechos, por lo cual el
Estado debe hacerse cargo, ya que la penalización del aborto sin excepciones en
nuestro país constituye un incumplimiento de las obligaciones del Estado en
relación a garantizar la integridad física y psíquica de las mujeres. Por esto
es esencial que el Estado no castigue a una mujer por no perseverar en un
embarazo que no desea y que la sitúa al borde de un abismo.
A pesar de las muchas posturas a favor y en contra el Estado
y el nuevo proyecto de ley no obligarán a ninguna mujer a interrumpir su
embarazo, sino que ofrecen opciones en caso de tres situaciones, para que sea
la mujer la que toma una decisión de acuerdo a sus convicciones personales.
En conclusión, es complejo hablar de tomar una postura en un tema tan
delicado, sobre todo cuando desconocemos cual es la verdadera situación en la
que vivimos. Lo primero y fundamental es, informarse y no tratar de obligar a
otro a aceptar una opinión que es personal y que refleja los valores y
convicciones de cada uno. El aborto es y seguirá siendo un tema que siempre
generará enfrentamientos entre la sociedad, ya que va a crear una división
entre sus detractores y sus defensores. Sin embargo, sea cual sea la opinión de cada uno, el Estado no
puede seguir rehuyendo la situación que viven muchas mujeres de distintas
edades y condiciones y que afecta principalmente a quienes están en situaciones
de mayor vulnerabilidad social, económica y cultural, ante la penalización
absoluta de la interrupción del embarazo. Por lo que la despenalización del
aborto terapéutico solucionaría la problemática que viven muchas mujeres en
Chile, significando una luz al final del túnel para muchas y de esta manera
podremos tener un juicio más acertado sobre los beneficios que trae consigo el
aborto terapéutico.
Bibliografía
Cadem Encuesta (23 enero
2017). Plaza Pública: Cadem. Santiago, Chile: Plaza Pública. Recuperado de http://www.plazapublica.cl
Illanes Sebastián (13
julio 2013). La Tercera: El debate sobre el aborto. Santiago, Chile: La
Tercera. Recuperado de http:/
www.latercera.com
Pascual
Grau Claudia (26 febrero 2016). Sernam: Noticias Nacional. Santiago, Chile:
SERNAM. Recuperado de https://portal.sernam.cl
Rojas
y Barros (9 enero 2015). Teletrece: Noticias, Cifras del Minsal. Santiago,
Chile: Teletrece. Recuperado de http://www.t13.cl
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