Por: Edelweiss Gudenschwager
Vivimos en un mundo tan rodeado de sexo como de cualquier
otra cosa, en la calle, en la publicidad, todo está hipersexualizado, sin
embargo, muy pocas veces realmente hablamos de sexo.
El sexo a un nivel educativo es uno de los debates
que muchas veces decidimos ignorar, nunca se han definido los parámetros
respecto a cómo hablamos de sexo, desde cuando es necesario hablarlo, que tanto,
que tan detallado y lo más importante: QUIEN debe dirigir el tema.
Porque la verdad es que, quien, es nadie. Los padres
reclaman que es su deber, y es así como los colegios se van desligando de su
deber de educar. Por otro lado: no todos los padres entregan ni manejan la
misma información, o carecen de tiempo o tacto para hablarlo con sus hijos.
Entonces me pregunto ¿Qué pasa con aquellos jóvenes,
los desinformados, los mal informados y los que muchas veces, son completamente
ignorantes respecto al tema?
Quizá muchos padres creen que, como “Toda la
información está en internet” los jóvenes van a
encontrar y aclarar sus dudas en este medio. Pero es justamente ese es,
el problema. Toda la información está en internet; lo bueno, lo malo, lo
incorrecto y la completa ignorancia también se encuentra ahí, así que respecto
la mayoría de los temas complejos, se necesita un manual para juntar las cosas,
o una guía para analizar y poder discernir que es real y que no lo es.
Con razón tenemos todo mal hecho. Con la tarea de
los padres y los colegios incompleta todavía se escuchan frases como: “Si
tienes sexo de noche no embarazas a nadie, porque los espermatozoides duermen
de noche”. He escuchado frases como aquella y algunas peores de jóvenes cuyas
vidas sexuales ya han iniciado en la completa ignorancia.
Los padres, por otro lado, se asombran y los critican,
sin saber que, en gran parte es su responsabilidad, del estado y de la sociedad
que sus hijos hayan llegado a tamaña ignorancia.
En Chile, (por lo menos aquí) somos un país medio religioso, medio mojigato y en extremo desigual, donde quizá unos puedan
cumplir, pero la mayoría no puede o no sabe cómo hablar de sexo con sus hijos.
Y por ser un tema tabú que nadie quiere tocar ni hablar, convertimos una
pequeña y solucionable situación en tremendas cifras que desproporcionan el
problema y las ramificaciones del
problema principal.
Retirando lo que el sexo significa para una familia
conservadora, ya que eso es, a discreción de las familias, hablo del punto BIOLÓGICO,
como sociedad no hemos establecido
parámetros respecto a cuál es la información primordial que se debe, conocer y manejar
para enfrentar una vida sexual de forma responsable. Y así, no olvidarnos, que
si bien la sexualidad está en todas partes, y tienen implicancias religiosas,
amorosas y sociales, tiene un funcionamiento bastante básico, y lo importante es
darle una vuelta y hablarlo
correctamente. Porque si no, vamos a vivir tratando de tapar el sol con
un dedo y es aquí donde yo pongo los puntos sobre la i y digo que no el asunto
de un padre o un colegio en particular, si no, un asunto de salud pública y el
gran problema no es el sexo en sí mismo, si no, sus consecuencias, las que se
encuentran en el debate.
Si tenemos en cuenta todo lo que rodea el sexo de
forma insegura, podríamos darle sentido, por ejemplo, a datos como: “Según el
MINSAL hasta noviembre del 2015 nacieron 166 niños y niñas con madres menores
que tienen entre 11 a 13 años, mostrando un aumento considerable en las madres
de 11 años.2”
O quizás, cuando hablamos de la protección y el
cuidado personal, podríamos sacar a la luz las preocupantes cifras de los
últimos años: “Los jóvenes son la población que más se han infectado con VIH
entre 1999 y 2013: el grupo etario de 15 a 19 años aumentó en un 125%. No
siendo los únicos datos alarmantes, en los últimos 6 años ha habido un
explosivo aumento de los casos confirmados de gonorrea, incrementándose entre los
año 2010 a 2015 en un 208,3%, pasando de 532 casos a 1.640 respectivamente.”4
Y entre las consecuencias más discutidas del sexo,
llegamos a hablar del aborto, tema bastante manoseado en nuestros debates
diarios, (y que por lo demás, también está en la mesa del congreso), y mucho
antes de que pueda dar o formarse una
opinión, les comento que: “Aunque es imposible saberlo con exactitud, los
expertos calculan (a raíz de estadísticas sobre detenciones, fallecimientos y
registros hospitalarios), que cada año se practican entre 40 mil y 120 mil
abortos”6.
Se ha puesto a pensar ¿cuántos de esos abortos son
realizados por adolecentes que simplemente no sabían que estaban haciendo?
Y en este punto es donde se nota más drásticamente
nuestras diferencias sociales, ya que las mujeres con más recursos viajan a
abortar a otros países o lo hacen pagando millones en clínicas privadas, pero
para el resto de las mujeres, las condiciones son cada vez peores, ya que la
siguiente opción más utilizada es comprando el famoso Misoprostol (usado para
inducir un parto de término o para el manejo de hemorragias post parto) en el
mercado negro, donde su precio fluctúa entre 40 mil y 125 mil pesos, donde generalmente
termina siendo utilizada, la mayoría de las veces de forma clandestina, para
interrumpir embarazos en el primer trimestre de gestación.
Y cuando no quedan más opciones, la desesperación
por un futuro distinto, obliga a las mujeres a procedimientos cada vez más
rudimentarios, en pésimas o nulas condiciones sanitarias, especialmente en
sectores rurales, donde (si logran llegar a urgencia), llegan con la
introducción de ramas de apio o palillos en la vagina, sondas y lavados con
detergente, o raspados y aspiración sin anestesia.3 Una cruda realidad
para las mujeres, solo por no tener los recursos. Además éste es el sector que
mayoritariamente recibe el peso de nuestra ley.
En el año 2016, el registro civil registró 22.349
madres adolescentes5, todas menores de 19 años, y aunque este
dato ha disminuido, no deja de ser menor, ya que, según el Primer Informe y
Salud Sexual, Salud Reproductiva y Derechos Humanos en Chile: respecto al el
embarazo adolecente “…se puede relacionar a la deserción escolar, bajos niveles
de logro educacional, empleos con menos ingresos, dificultad en la crianza de
sus hijos/as, y una serie de sentimientos que se contraponen con su derecho a
decidir libremente, sin coercitividad del entorno social; ente ellos,
sentimientos de culpa, vergüenza, discriminación, vulnerabilidad económica,
entre otros.”2
El sexo es más influyente en la sociedad de lo que
deseamos ver, tiene una gran influencia en
los índices de pobreza, en las cifras de deserción escolar, en las cifras de
vulnerabilidad emocional y social de lo que llegamos a dimensionar. Cuando los
datos nos hablan, no son números los que gritan, son personas, jóvenes, muchos
de ellos simplemente se les privó, por
medio de una inoportuna o insuficiente información acertada, a el derecho a decidir
libre y conscientemente su vida.
A muchos de ellos, esa desinformación, les dejo una
marca de por vida, otros, debieron desarrollar rápidamente el rol de padre sin
poder completar su desarrollo como jóvenes y a otras, se les castigo con todo el rigor de la ley
por tratar de proveerse un futuro distinto.
Así que creo que el debate no debe centrarse en
ramificaciones del sexo, si no, en el inicio de este, como enfrentamos el
debate hacia nuestras nuevas generaciones, como hablemos claro y con bases
comunes desde el principio y entregándoles herramientas reales a esta nueva
generación, para enfrentar el mundo y sus vidas.
“El conocimiento nos hace responsables.”
Ernesto 'Che' Guevara (1928-1967) Revolucionario
argentino.
Fuentes:
2: Claudia Dides, Constanza Fernández. (2016).
Salud Sexual Salud Reproductiva y Derechos Humanos en Chile. 19/06/2017, de
Miles chile. Sitio web: http://www.mileschile.cl/documentos/Informe_DDSSRR_2016_Miles.pdf.
3: Arnaldo Pérez Guerra. (2015). Las verdaderas
cifras del aborto en Chile. 19/06/2017, de El clarín Sitio web:
http://www.elclarin.cl/web/noticias/cronica/14603-las-verdaderas-cifras-del-aborto-en-chile.html
4: Macarena Núñez. (4 mayo 2017). Aumentan
enfermedades de transmisión sexual en adolescentes ¿Por qué no hay más
campañas? 19/06/2017, de El mostrador Sitio web:
http://www.elmostrador.cl/braga/2017/05/04/aumentan-enfermedades-de-transmision-sexual-en-adolescentes-por-que-no-hay-mas-campanas/
5: Clara Medrano. (2017). Descenso de embarazos
adolescentes en 2016: 18% menos que el año anterior. 19/06/2017, de Bio bio
Chile. Sitio web: http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2017/02/16/en-2016-hubo-18-menos-embarazos-adolescentes-que-el-ano-anterior-por-politicas-publicas.shtml
6: Claudia Dides y Tessa Maulhardt. (2015). Deuda de
la democracia: El aborto en Chile. 22/06/2017, de Miles Chile. Sitio web: http://www.mileschile.cl/documentos/CONS_Chile_2015-1.pdf
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