Aaron Betancourt Oróstica
Técnico Universitario en Análisis Químico y
Físico
Universidad de Santiago de Chile
A partir
del 11 de septiembre de 1973, Chile comienza una transformación para poner en
práctica el sistema neoliberal, por primera vez en todo el mundo. Este sistema
fue impuesto a través de un golpe de estado, pasando por sobre el 36,3% de chilenos
y por sobre la ratificación que realizó el parlamento para que Salvador Allende
ejerciera la presidencia de Chile con su lema “vía chilena al socialismo”, Es
decir, un día se nacionaliza el cobre, se estatiza la mayor parte de las
empresas, aumentan las expropiaciones agrícolas, se fomenta la participación de
los sectores populares, entre otras medidas para iniciar el socialismo en
Chile; pero al otro día, por antojo de una minoría y del aplastante poder
imperialista de Estados Unidos, usando como medio las fuerzas armadas, Chile
comienza a ser una dictadura en donde no existe participación de los sectores
populares, se cierra el congreso, y los comunistas se transforman en el enemigo
interno al cual, al igual que en una guerra, había que matar. El rol del estado
pasa a ser subsidiario, por lo que el apoyo va dirigido a las empresas y a las
familias, se reduce el gasto fiscal, se reducen los empleados públicos, y por supuesto:
se suprimen los obstáculos al libre mercado. En el contexto de una dictadura,
en donde estaban restringidas las
principales libertades (expresión, prensa, imprenta, etc.) a Junta Militar
designó arbitrariamente a los miembros de la llamada "Comisión de Estudios
de la Nueva Constitución Política de la República de Chile" (CENC) con la
misión de redactar un anteproyecto constitucional, y de esta forma perpetuar la
ideología de un grupo referencial, y gracias a este libro[i],
esa minoría nos heredó una constitución sorda, fruto del despotismo y el
terror. Por consiguiente, en un Chile del 2017, donde podemos hablar con un
vecino de nuestra posición política sin temer ser torturado o que el vecino nos
deje de hablar por no pensar como él, podemos realizar críticas abiertas a
nuestro sistema político: la educación, el sistema tributario, etc. Pero nos
olvidamos, quizás por la falta de cultura, que todas las anteriores son
herencia de la constitución de 1980, con reformas, sí, pero en su origen fue
creada por los miembros que la junta militar quería, a puertas cerradas (al pueblo)
y todas las conversaciones de dichos miembros eran espiadas. ¿Chile no
se da cuenta que fue desposeído de la soberanía popular y que eso
repercute hasta la actualidad?
Después de esta reflexión ¿Podemos catalogar nuestra carta fundamental
como un documento legítimo?
Al
analizar la legitimidad de la constitución, el argumento más explícito
históricamente es la carencia de democracia, aunque… ¿actualmente el pueblo
podría participar activamente y ejercer su soberanía popular en una asamblea
constituyente? Probablemente la participación de esta constitución no sería tan
cercana y popular como suena, ya que la crearían expertos en leyes, políticos y
también los empresarios influyentes. Pero aún el actual (y viejo) sistema
político chileno sería libre y democrático, por lo tanto legítimo. Una frase
referente muy importante que criticaba la legitimidad de la constitución fue “votar este proyecto de constitución
ilegitimo en su origen, inconveniente en su texto (…) que seguramente será
modificado en el curso de esta década y cuyo verdadero alcance y significado
sólo se conocerá cuando se dicten las leyes orgánicas, es un caso de ciencia
ficción o burla”[ii].
Como el ex presidente señaló, las reformas realizadas a la constitución no
quitan el hecho de que un poder dictatorial se apoderó de la soberanía, del
debate, de la información, de las libertades, de la dignidad, e incluso de las
vidas de personas que se oponían al régimen. Igual de vergonzoso fue el plebiscito por el
cual Chile aprobó el nuevo texto constitucional en primer lugar por sus
irregularidades[iii];
cuando el día de votación su esposa y su cuñada no pudieron ingresar a las
urnas debido a que los militares le indicaban que la votación sería más tarde
cada vez que iban, es decir, intervinieron para que no pudieran participar en
el plebiscito. También había 3.000 agentes de inteligencia desplegados en los
centros de votación durante el día, cumpliendo la orden de asegurar el triunfo
del “SÍ” a la nueva constitución, esto lo reveló el ex agente de la DINA
Joregelino Vergara. Si imaginamos que Chile aún vive en dictadura , al aplicar
dichas condiciones a un hipotético plebiscito en la actualidad con un alto
nivel de intimidación física y psicológica (también hipotético) sumado a la
pobreza cultural y de información que
existe en la población actual y la baja participación o interés en la política
institucional, puesto que sí manifiestan su opinión en marchas y otro tipo de
expresiones al margen, en esta situación estaríamos igual de expuestos a
aceptar una constitución sorda. Al realizar este ejercicio queda expuesto que
el análisis del porqué se aprobó un plebiscito más allá de la represión, y que
la sociedad actual está expuesta a que un poder minoritario nos domine debido a
la falta de cultura ¿se necesita
represión hoy en día para conseguir mayoría? Probablemente basta la
ignorancia.
En
segundo lugar, se puede cuestionar la forma en que se redactan los derechos
sociales más básicos, debido a que es insustancial; Un ejemplo evidente es el
derecho a la educación que se limita a declarar que al estado le corresponde “otorgar especial protección al ejercicio de
este derecho”[iv].
Esto también ocurre con la salud: “el
estado protege el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción,
protección y recuperación de la salud”[v].
De esta forma el papel del estado se reduce a dar un libre “acceso” , sin
especificar, ya que este “libro” quiso perpetuar los ideales del estado
neoliberal y su rol subsidiario, por ende, abrió y abrirá las puertas al libre
mercado, la privatización, lo que llaman “libertad”, que está condicionada por
dos cosas. La primera condición “no te alcanza el dinero”: tienes libertad de
ir a una clínica con el mejor especialista, pero no la tienes si no te alcanza
el dinero, puedes estudiar en un colegio grande con los mejores profesores y
buena educación, pero no puedes si no te alcanza el dinero para pagarlo. La
segunda es el crédito, cuando “no te alcanza el dinero” tu única opción es usar
el crédito: ‘¿eres pobre y quieres adquirir bienes? Usa el crédito, también
apto para arribistas, consumistas e inversionistas y empresarios’. Esta última
herencia es la más potente en la sociedad actual, porque con el fácil acceso
que existe a los medios de comunicación masiva, es más fácil bombardear de
publicidad (y de ignorancia) a la población.
En
conclusión, la constitución de 1980 puede ser cuestionada por su origen
ilegitimo, o quizás la crítica puede ir al atrevimiento de la junta militar de
perpetuar sus ideales en una carta fundamental. Sin embargo, en la actualidad
la población está muy desinteresada en la política y en la institucionalidad, por lo que de una
forma pacífica, está siendo manipulada a aceptar situaciones políticas
vergonzosas, para permitir que pasen por encima de sus derechos, y para distraerlos
de la crítica, puesto que es más entretenido y fácil consumir, ver televisión o
hacer lo que la televisión dice, que reflexionar acerca de las injusticias de
las cuales son testigo y que se siguen perpetuando en la historia de Chile. En
este caso se discutió la constitución, que es el origen del resto de las leyes,
sin embargo, hay muchos aspectos de la sociedad actual, que la población no se
interesa en cambiar. Tampoco hay interés por opinar de política y eso si bien
es a causa del consumismo y los medios de comunicación masiva, también se le
atribuye a la dictadura militar, puesto que no podemos ignorar que por mucho
tiempo, incluso antes de llegar al golpe de estado, Chile estaba polarizado, y
posteriormente declarar tu ideología política podría significar tu muerte, por
lo que la gente por el “bien común” y la “paz social” siempre ha evitado opinar
de política. Hace casi 44 años fue por
la violencia física y represión de las libertades, pero actualmente un grupo
minoritario continúa imponiendo sus ideales y logrando sus fines gracias a
nuestra ignorancia manipulada, por lo que se puede concluir que mientras Chile
sea un país sin opinión política -como se demuestra en las elecciones presidenciales-
la junta militar estará por siempre en nuestros corazones, como una herida o
con cariño para algunos, y estará por siempre en nuestra constitución.
[i] Constitución: ‘’Define todas
las otras leyes, derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes
fundamentales de la organización política. ’’Diccionario de la Real Academia Española
[ii] Eduardo
Frei Montalva, teatro Caupolicán, 27 de agosto de 1980
[iii] como la
que muestra el documental de CNN
INVESTIGA llamado “la constitución de
1980 chile”
[iv] (art. 19
n°10)
[v] (art.
19,n°9)
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