lunes, 26 de junio de 2017

El ajedrez en las aulas.

Por Pablo Torres Chávez
Estudiante de Ingeniería Matemática


El ajedrez está definido según Tigran Petrosian “en su esencia es un juego, en su forma un arte, y en su ejecución una ciencia”, quien fue campeón mundial entre los años 1963 y 1969.
El ajedrez todos lo conocemos como un juego, pero es más que eso, es un deporte, es una disciplina que tiene varios complementos, como las habilidades visuales, pragmáticas y por supuesto cognitivas.
El ajedrez nos ayuda a reforzar memoria, concentración, capacidad de decisión, pensamiento analítico y alimenta nuestro afán de superación, todo sólo con un tablero y 32 piezas…
Los autores José María Olías (1998) y Jorge Laplaza (2001) concuerdan en que el ajedrez debe ser enseñado en las escuelas ya que mejora la concentración, memoria y creatividad en los niños en las distintas etapas de su crecimiento. Entonces nos preguntamos ¿Por qué el ajedrez tiene beneficios en el desarrollo cognitivo de los estudiantes? 
Una de las causas más frecuentes con las que se relaciona el fracaso escolar es la falta de atención y concentración de los alumnos, una capacidad que se puede fomentar fácilmente con la práctica del ajedrez, ya que requiere por parte del jugador un alto grado de concentración y observación para poder desarrollar la partida adecuadamente.
En el ajedrez se ejercita mucho la memoria, ya sea a corto plazo para recordar los movimientos que se han realizado durante la partida, o a largo plazo, para no olvidar otras partidas jugadas, la multiplicidad de alternativas a las que se enfrenta el jugador de ajedrez tiene como resultado una mejora en su capacidad de retener y recordar datos en la mente.
Desarrolla el razonamiento lógico matemático, ya que está demostrado que el razonamiento y el proceso de análisis utilizado en el juego del ajedrez es muy similar al que se usa en las matemáticas y, por tanto, su práctica puede ser beneficiosa para mejorar las aptitudes matemáticas de los alumnos.
Mejora la capacidad de resolución de problemas y toma de decisiones durante la partida, el jugador de ajedrez se enfrenta a distintos problemas que debe resolver, analizando todas las soluciones posibles y eligiendo la más adecuada, incluso muchas veces bajo la presión del límite de tiempo para tomarlas.
Incrementa la autoestima y el afán de superación, cada partida es un nuevo reto para el jugador, que intentará mejorar su habilidad para jugar cada vez mejor; asimismo, cada vez que gana una partida el ajedrecista aumenta su autoestima y valora su pericia en el juego. En el caso de perder contribuye a potenciar la autocrítica, aquí citaré al campeón mundial, José Raul Capablanca con su célebre frase “se aprende más con una partida perdida, que con mil ganadas”.
Ayuda a aprender a reflexionar, planificar y prevenir en cada movimiento, el jugador debe reflexionar sobre todas las jugadas posibles, debe planificar (Plan de juego) los posibles ataques que puede recibir y las jugadas que debe realizar, de modo que pueda anticiparse a las respuestas del contrario y así prevenir con antelación las posibles líneas de juego, así se desarrolla la estructura arbórea del pensar.
Hoy en día, la inclusión del ajedrez en diversas aulas del mundo es una realidad, no en vano la UNESCO recomendó oficialmente en 1995 a todos sus países miembros, la incorporación del ajedrez como materia educativa tanto en la enseñanza Primaria como en la Secundaria. Esta incorporación se ha realizado de distintas maneras, mientras que en algunos países como, Venezuela, Colombia o Rusia (esta última cuna de grandes campeones mundiales a través de los años junto con la URSS) el ajedrez forma parte obligatoria del curriculum de los alumnos, en otros, el ajedrez se incluye como asignatura optativa, pero en definitiva el hecho de inculcar desde pequeño el ajedrez, como en mi caso, me da la convicción de que es una jugada estratégica y táctica para la vida.
En conclusión el ajedrez, ya sea como juego o como deporte es una gran herramienta para el desarrollo del quehacer de cada persona, considerando las múltiples habilidades que se van adquiriendo. En los países que tienen cultura ajedrecística, los alumnos ya están gozando de los beneficios de este ejercicio mental, en cuanto a cómo enfrentar nuevos retos, a la resolución de problemas, al desarrollo pragmático.
A los que nos gusta esta disciplina, nos queda un gran reto, cultivarlo entre las nuevas generaciones y crear una cultura ajedrecística.
Bibliografía:
  • ·   Nortes Martínez-Artero R. Nortes Checa A. (2014). El ajedrez como recurso didáctico en la enseñanza-aprendizaje de las Matemáticas. Universidad de Murcia, España. http://www.sinewton.org/numeros/numeros/89/Articulos_01.pdf
  • · ¿A qué edad pueden iniciarse los niños en la práctica del ajedrez?. http://www.ajedrezparatodos.es/formacion.html
  • ·         Jorge Laplaza (2001). Habilidades intelectuales y ajedrez.
  •       http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi99/interolimpicos/usarelmate/ajedrez/intelige.htm  

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