Escrito por Javier Fuentes Gaete.
La educación cívica se ha instaurado en
Chile entre los años 1890 y 1930, como cimento para plasmar y construir en la ciudadanía,
lo que se denomina una “identidad nacional”, como también la búsqueda de una “memoria
colectiva”. Actualmente este legado ha dejado de ser explicitado dentro del
Sistema Educacional Chileno a fines de la década de los 90, dejando entrever las
preguntas sobre qué tan importante es este tema para el desarrollo como país y qué conlleva un proceso de educación cívica.
Referencia: "http://www.diarioconcepcion.cl/?q=content/fantasma-de-la-educaci%C3%B3n-c%C3%ADvica-ronda-proceso-constituyente" |
La
educación cívica, se define como la enseñanza dirigida a las relaciones
sociales como individuo dentro de esta misma y busca fortalecer el
entendimiento mutuo entre pares, buscando que se apliquen valores formativos, como
la solidaridad y la cooperación, la convivencia social ya sea dentro del
plantel educativo o en la sociedad. Dentro de la educación cívica se encuentra
la enseñanza de las reglas de ordenamiento, las cuales mediante pautas de su
conocimiento se adquiere la capacidad de tener respeto a los demás, información
política o de desarrollar un análisis crítico de la democracia y del papel de
los ciudadanos.
La actualidad
chilena en torno a lo que respecta la parte cívica posee dos caras, por un lado,
se muestra el acoplamiento social en base a los diferentes movimientos sociales
que han ido apareciendo en base a lo descrito como definición de la educación cívica,
buscando la cooperación para lograr la equidad, promoviendo el conocimiento cívico
y mejorando la participación futura. Por otra parte, se ve un descontento enorme
por parte de la ciudadanía en la parte formal, con una sociedad que posee un
bajo nivel de confianza interpersonal. Así también, se puede ver que desde el
sistema educativo también existen algunas paradojas, como, por ejemplo, la
falta de enseñanza sobre cómo votar y la implicancia que posee esta acción política
sobre la construcción del país, como también la comprometer dentro de las instituciones
objetivos orientados a las habilidades de cooperación y colaboración para los
futuros profesionales dentro de sus curriculum, dejando entre ver qué acciones
cotidianas, triviales no son enfocadas desde este punto. Es en este último punto
en que se enfocara este documento.
La educación
cívica actualmente dentro del sistema educacional chileno existe de forma poco
transversal para formar de manera efectiva a los jóvenes. Esto se da en la
forma en que esta es explicada por la parte de los docentes y el método pedagógico
que estos usan. Por ejemplo, en las clases de historia se enseñan materias o tópicos
de cómo funciona la constitución, de qué es la constitución, lo que forma parte
de una enseñanza cívica en cuanto al conocimiento técnico, pero enseñar que
beneficios trae consigo la puesta en práctica sobre los conocimientos
adquiridos en torno a la constitución, es una cosa distinta. Esto se busca
plasmar de forma transversal dentro del periodo de formación de los jóvenes, no
tan solo en clases de historia, si no también en clases de lenguaje, a través
de la oratoria, en filosofía, debatiendo procesos contingentes, hasta en educación
física, promoviendo conceptos como la cooperación u otras habilidades blandas.
Este
proceso a nivel de formación educativa, conlleva la aplicación de forma virulenta
hacia los estudiantes la ejecución de ciertos aspectos que, como ya se ha
mencionado, no han sido explicitados de forma transversal. En estos aspectos se
pueden apreciar la formación de valores
que se deben entregar a los alumnos durante todo el proceso educacional (enseñanza
básica, media, pregrado, postgrado, etc..).
La
formación de estos valores sólo puede percibirse a través de las actitudes que
los alumnos manifiestan en sus acciones y en las opiniones que formulan
espontáneamente respecto a los hechos o situaciones de los que se enteran. Por
esta razón, este aspecto de la educación cívica requiere de un tratamiento
vivencial y que sea guiado por una calidad docente coherente a los contenidos
que se desean expresar. Esto último está un poco al debe en Chile, debido a que
institucionalmente no se han estandarizado métodos de enseñanza efectivos
dentro del sistema educacional, por una parte, así también la calidad docente
tampoco ha pasado por un proceso de aprendizaje pedagógico de cómo enseñar tal
contenido.
Otro
aspecto es el fortalecimiento de la
identidad nacional, en la cual el alumno se sienta parte de una comunidad
nacional caracterizada por la pluralidad de pensamientos, la diversidad
regional, cultural y social, pero que al mismo tiempo comparte rasgos y valores
comunes que la definen.
Los
contenidos de este aspecto se refieren a las costumbres y tradiciones, a los
ideales que han estado presentes a lo largo de nuestra historia y a los
principios de la relación de Chile con otros países (independencia política,
soberanía y solidaridad internacional basada en la independencia y la justicia,
etcétera). Al estudiarlos se pretende también que los alumnos comprendan que
los rasgos y valores que caracterizan a Chile son producto de la historia del
país y de la participación que en ella tuvieron sus antepasados.
¿Qué importancia tiene ejercer una buena
educación cívica para el futuro?
Una buena educación cívica desde los
cimientos de la educación favorece a una mejor preparación en los jóvenes para
desenvolverse en el mundo laboral y en entornos sociales. En ese mismo
sentido, los jóvenes deben participar y expresar sus ideales a través de la
constitucionalidad, deben saber que votar es importante para la construcción de un mejor futuro y
conocer la historia para poder tomar una correcta decisión al momento de
ejercer su derecho a voto.
Este
es un principio básico de la democracia, por lo tal debe haber una preparación
cívica sostenible y bien definida para ellos. Esto afecta también en cómo se desenvuelve
el alumnado en el aspecto laboral, ya que los estudiantes se preparan de mejor
forma y se educan de forma más general a diversos temas, mejorando su desempeño
y también así su toma de decisiones.
Estudios
realizados por un sondeo de la Injuv que tomó una muestra de 1.038 jóvenes, de
los cuales, un 69% consideraron que ir a votar es la mejor forma de hacer participación
ciudadana. Sin embargo, esto contrasta con la alta abstención electoral de las
últimas elecciones. A pesar de lo anterior, se denota una mayor inserción de
los jóvenes, gracias al coyuntura de movimientos sociales, que se reflejan en
la gran cantidad de manifestaciones públicas que existen en el país por temas
como educación, salud, medio ambiente y otras consignas que congregan a la
juventud. Así se explica que las calles se han convertido en las nuevas urnas
de votación de miles de chilenos y en especial de nuevas generaciones que están
internalizando de forma más práctica los conceptos de una educación civil.
Según
la misma muestra, un 38% de jóvenes encuestados expresó que no son considerados
por las autoridades políticos en temas que le conciernen, no lo considero
una minoría, estamos hablando de un poco menos de la mitad, pero claramente
todas las manifestaciones y marchas son una demostración de que los jóvenes
quieren participar, quieren hacerse escuchar sobre las políticas públicas,
claro que siempre y cuando respeten los derechos civiles. Una sociedad con mejor educación es una sociedad más empoderada y, por ende, tiene
más herramientas para impulsar los cambios y reformas que se proponga: desde un
Presidente de la República, nueva constitución, fuentes de energías, etc.
Referencia: "http://www.injuv.gob.cl/portal/noticias/injuv-aysen-promueve-campana-yo-voto/" |
En
conclusión, introducir un sistema educacional que posea un proyecto de educación
civil no es tarea sencilla. Esta debe pasar por un proceso de adaptación con
docentes que puedan expresar de forma correcta lo que se desea plasmar en este
contexto. Más aún, en la misma línea, la implementación de esta temática debe
ser de forma transversal a través del periodo de formación de los alumnos, por
lo que es importante que los docentes de cualquier materia sean capaces de
ayudar la formación como individuo social, en los aspectos antes mencionados. Por
otra parte, los beneficios de instaurar un sistema que realmente sea fructífero
en este ámbito, ayudaría en todos los sectores sociales sustentado por los
conceptos valóricos que esto conlleva, en especial sobre la igualdad y responsabilidad
social.
Bibliografía
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Valentina Rosas, J. C.
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http://www.adnradio.cl/noticias/nacional/la-importancia-de-la-educacion-civica-como-parte-de-la-formacion-academica/20151101/nota/2987739.aspx
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