miércoles, 15 de noviembre de 2017

La educación, más que adquirir conocimientos

Universidad de Santiago de Chile
Ingeniería Estadística
Rodrigo Roberto Bustos Toledo


En la última década en Chile, se ha puesto en la palestra el tema de la educación, si bien se habían realizado manifestaciones estudiantiles antes, como “El mochilazo” en 2001, en el que el foco fue la gratuidad del pase escolar, esto solo lo podemos considerar como un precedente de los primeros diálogos entre los estudiantes, el Ministerio de Educación y sus autoridades. Lo que puso la educación como tema principal fue la revolución estudiantil que surge en abril de 2006, la llamada “revolución pingüina”, que se convirtió en un movimiento social, del que todos fuimos parte de una forma u otra.

A partir de estas manifestaciones, la llamada “educación de calidad” se hace parte de los temas país, convirtiéndose en materia de análisis, cuestionando su calidad, mostrando las deficiencias que se presentan, comparándola con países desarrollados como Finlandia, contrastando su nivel en relación a resultados estandarizados de diferentes tipos, pero ¿es esto lo que realmente importa?, ¿la educación solo se remite a adquirir ciertos conocimientos determinados? ¿cuál es la labor de las instituciones, docentes y padres?

La “Educación” está definida por la RAE como “Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes”, “Instrucción por medio de la acción docente”, “Cortesía y urbanidad”. Con estas tres sencillas definiciones, podemos hacernos una idea bastante clara de lo que es la educación. Sin embargo, en la práctica, la “cortesía y urbanidad” queda un poco de lado frente a la importancia que se les da a las primeras dos definiciones.

Al parecer las cosas mejoran, cada día hay más universitarios y técnicos, más profesionales de diversas áreas, los años de educación y permanencia en establecimientos educacionales ha aumentado considerablemente, según datos del Ministerio de Educación “al inicio de los ‘90 la escolaridad promedio de la población era de 8.7 años, mientras que el año 2000 se elevó a 9.2 años, en la actualidad se garantizan 12 años de escolaridad gratuita y obligatoria para todos los chilenos y chilenas”. Con estos pequeños datos podríamos asegurar que somos cada vez una sociedad como mejor educación, pero ¿es cierto esto?

Todos sabemos la importancia de los estudios, de adquirir los conocimientos necesarios para estar bien capacitados en un área, “tener una carrera” que nos asegure un trabajo estable, una buena remuneración, que nos permita llevar una vida tranquila y sin sobresaltos, poder viajar y darles buena educación a nuestros hijos, eso es lo que se nos estimula desde pequeños a lograr, nuestro plan de vida, tener éxito, resultados positivos, notas azules, ganancias para la empresa, pero esto no es lo único que necesitamos, también necesitamos aprender a identificar y dominar nuestras emociones, pensar de forma crítica, trabajar en equipo, disfrutar de adquirir conocimientos nuevos y no solo memorizar, porque “es lo que se debe hacer”.

Si bien en nuestro país han mejorado de gran manera las instituciones y los programas educativos, falta mucho que mejorar y más aún en el área de las habilidades no cognitivas y esto es tarea de todos, educadores, estudiantes, padres e instituciones, no podemos seguir con el discurso que los valores y los modales se aprenden en nuestros hogares y que los conocimientos se adquieren en los colegios.

Bibliografía:
Hito Sin Precedentes en América Latina. Enero 2008, 
Definición de Educación (RAE),



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