Negación y reconocimiento de identidad
afrodescendiente
Felipe Mena Peralino
Primero
que nada debo decir que como habitante de Chile y también como habitante de un
sector vulnerable de la capital, he
vivido situaciones desde muy pequeño en las cuales puede sentir el negacionismo
al compartir con personas de mi edad, sin saber lo que realmente era, ya que veía
como un amigo de tés oscura no se sentía identificado con nada de lo
supuestamente “nacional”, se sentía como
fuera de la sociedad chilena en general. En situaciones cotidianas las personas
se expresaban de diferentes maneras con él, pero una recurrente es la
concepción de “negro” igual “otro/extranjero”, lo cual notaba que lo afectaba
de gran manera si “supuestamente” era chileno como yo o como mis otras
compañeras y compañeros. Lo anterior lo dice de excelente manera Marta Salgado
al enunciar lo siguiente “Muchas veces en mi propio país he pasado por
extranjera tan solo por mi color, mi pelo rizado, y tengo que decir con orgullo
que soy chilena, teniendo que soportar la incredulidad de muchos y muchas” (González
de Gispert, 2019). Por ello me cuestione el porqué de este rechazo u
ocultamiento de la cultura afro, y descubrir si lo “negro” se encuentra en lo “chileno”.
La identidad de una nación es
una cuestión que deriva a una multitud de preguntas en cualquier país, pero en
los países alguna vez colonizados por grandes imperios estas se acentúan aún
más. Esta interrogatoria afecta directamente a un país como lo es Chile,
colonizado hace más de 500 años por el imperio español, el cual conquistó y masacró
a mucha de la población indígena que habitaba el territorio, para después
asentarse en el territorio con el fin de explotar sus riquezas. Para realizar
aquel proceso se usó mano de obra indígena, pero al ser estos considerados
súbditos del rey no podían ser esclavizado y deberían recibir un trato digno a
diferencia de los “negros” traídos desde África, lo cuales eran tratados como
simple mercancía, por ejemplo:
Isidro Patrón vecino de la ciudad de Buenos Aires,
residente en Santiago vende a Juan Moreno Chocano, apoderado de Felipe Ulloa
vecino de la Ciudad de los Reyes, el esclavo de nombre Miguel de 18 a 20 años,
bozal de Casta Angola. El precio de 350 pesos en plata sellada moneda corriente
no se sanea de tachas, vicios ni enfermedades públicas ni secretas que hasta el
momento no se le han experimentado. El derecho de alcabala fue de 20 pesos
pagados por el
Comprador. (Dubinovsky,
1991)
Al llegar los negros, como un
sujeto en lo más bajo de la pirámide social, estos se desenvolvieron
mayoritariamente en los sectores populares de la población, lo cual nos lleva a
pensar que se mezclaron culturalmente en el pueblo del cual saldría la
identidad nacional mayoritaria, pero ¿de verdad lo hicieron? Desde el punto de
vista de la narración acerca la conformación de la nación, la identidad chilena
proviene de la mezcla de lo mejor entre el conquistador español y los
indomables Mapuche, donde claramente los primeros poseen una posición de
dominancia sobre los segundos. Esta narración provoca una negación al legado de
la población africana en la conformación de la identidad chilena, al relegarlos
a supuestos simples sujetos que murieron por no adaptarse al clima del país (Dürre,
2017, p. 144/145).
Por ello la cultura chilena se
desentiende de lo que realmente es la identidad afrodescendiente ya que como
esclavos en los tiempos coloniales fueron nada más que un objeto de jactancia
de la aristocracia, para después pasar a
ser negados de toda cultura chilena, para ser considerados de “otros” de “extranjeros”
que no pertenecen a este lugar, que debían eliminar su propia identidad para
obtener una más acorde al “estándar chileno”, negar su propia identidad para
ser tratados como tal, como un chileno más. Pero las personas afro no se han
quedado de brazos cruzados frente a estas situaciones y han luchado por el
reconocimiento necesario de parte de todas y todos a los orígenes afro que
tiene diferentes personas en esta identidad llamada “chilena”, y claramente no
podemos olvidar cómo esta cultura sigue expandiéndose desde las personas afro a
las personas no afro, enriqueciendo ambos lados y así evitar situaciones como
la planteada en el comienzo, donde a un pequeño afrodescendiente se la hace ver
que no pertenece al lugar donde vive, teniendo un trato distinto al que reciben
los otros niños y niñas de su misma edad solo por tener una tés más oscura que
la de los y las demás.
Bibliografía
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~
Barrenechea,
Paulina Monserrat (2018). Narrativas racializadas y políticas de la memoria en
el testimonio de un afrodescendiente en Chile. Athenea Digital, 18(2),
e1707. htps://doi.org/10.5565/rev/athenea.1707
·
Dubinovsky,
A. D. (1991). EL TRÁFICO DE ESCLAVOS EN CHILE EN EL COMERCIO MUNDIAL EN EL
SIGLO XVlll. Boletín americanista, 14, 291–301.
·
Dürre, R. A. (2017).
Ricardo Amigo 2017 Bailes "negros" en la ciudad "blanca":
reflexiones en torno a una performance de africanidad en Santiago de Chile.
ACENO – Revista De Antropología Do Centro-Oeste, 4(7), 141–152
·
Gonzalez
de Gispert, J. G. (2019, 11 junio). "Aquí no hay negros": cómo se
borró de la historia de Argentina y Chile el aporte de los esclavos y los
afrodescendientes. Recuperado 20 junio, 2019, de
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48508342.
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