jueves, 9 de enero de 2020

La baja calidad del Transantiago en La Región Metropolitana de Chile

Bayron Mendoza- Ing. Estadística 
Universidad de Santiago de Chile 
En este ensayo abordare un tema de interés público, el problema de la calidad del Transantiago en la región Metropolitana. Para efectuar esto, hablare principalmente de su cambio a red y sobre el problema que tiene el transporte: su pésima calidad a la hora de efectuar sus servicios. 
El Transantiago, más conocido como ‘micro’, es un transporte publico tipo bus el cual fue inaugurado en el año 2007, año desde el cual viene dando problemas. Este transporte es deficiente por varias razones: la frecuencia con la que pasa por los paraderos, disposición de su conductor, cuidado de los paraderos y de los buses, entre otras situaciones. 
El Transantiago tiene muy mal cuidado con sus buses, cuando una persona se sube a una micro se puede encontrar con ventanas rayadas, basura, puertas que se atascan al abrir o que simplemente están rotas, también se pueden encontrar ventanas atascadas y botones sin funcionar. Todo esto hace que el viaje no sea cómodo y además peligroso por el hecho de las puertas en mal estado. Las cosas con las micros llevan así desde hace años y no hay mucha mejora, generando descontento en la gente.  
Este último año se tomó una decisión acerca de este transporte: rebautizar el Transantiago. Esta decisión tuvo un costo de 550 millones de pesos. Desde el año pasado el Transantiago paso a llamarse ‘Red metropolitana de Santiago’. Además del cambio de nombre este cambio también conectará las micros, el Metro y Metrotrén. Aspectos que también se irán expandiendo al resto de las regiones del país. Además de una implementación de buses eléctricos y ecológicos, lo que supone una mejora en el servicio en comparación con el Transantiago. Pero, aun así, problemas como la baja frecuencia de micros, extensos tiempos de traslado, colapso ante una falla de Metro, evasión, entre otros aspectos negativos del sistema, siguen ocurriendo. Lo cual es una demostración de que realmente nada ha cambiado. El director del Programa de Logística y Transportes de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), Álvaro Miranda dijo al respecto del tema: “Cambiarle el nombre al Transantiago en las condiciones que está el sistema de transporte público es una estrategia comunicacional bastante burda, porque las personas, en términos generales, sobre todo los usuarios, saben y lo viven a diario, que el sistema no ha tenido una mejora y una transformación extraordinaria para decir que este es un nuevo método que, inclusive, amerita un cambio de nombre, mucho más moderno, mucho más rápido y cómodo. No, eso no ha ocurrido y no sé si eso ocurrirá, tomando en cuenta la historia de promesas que han hecho los gobiernos de turno frente al tema”. 
En lo personal, considero que este cambio de nombre viene más bien para ‘aturdir’ a la gente, mejorar la percepción que tenemos con respecto al transporte, sin realmente solucionar los problemas que nos molestan. 
Por otra parte, tampoco se ha cumplido la promesa de tener la infraestructura adecuada para estos medios de transporte y con respecto a esto el experto en transporte urbano y académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin dijo: “Cuando partió el Transantiago, se necesitaban 300 kilómetros de vías exclusivas para buses, pero recién pasamos las 100 hace poco”, criticó el experto. En vez de ello -apuntó-, los esfuerzos se han centrado en invertir “una cantidad monstruosa en infraestructura para vehículos particulares, como la modificación a la rotonda Pérez Zujovic o accesos a Colina y Chicureo”.  
Un claro ejemplo de este fallo es ver las calles de San Bernardo, las cuales no están diseñadas para las micros, y estas al girar a través de calles terminan pasando sobre la vereda e invadiendo el carril continuo, generando ‘tacos’ y poniendo en peligro a peatones y vehículos particulares. 
Además, como los conductores tienen contrato por trayecto y no por usuarios usando el transporte, en algunas ocasiones las micros deciden no detenerse en los paraderos y ‘pasan de largo’ provocando que los usuarios demoren aún más sus trayectos debido a tener que esperar la siguiente micro y suplicar porque la siguiente si decida detenerse en el paradero. 
Para concluir, considero que una solución es cambiar el contrato para los empleados, para que acabe la situación de ‘la micro paso de largo’. Además, es importante que el gobierno termine las primeras promesas que hizo con respecto al transporte público (crear vías especiales para el transporte público). Por último tener revisiones como mínimo mensuales de los paraderos y las micros, y darles constante mantención. 

Bibliografía: 

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