Joaquín Vidal Peña, Ingeniería matemática.
No es novedad que en Chile viésemos noticias acerca de deportistas pidiendo limosnas para financiarse y poder participar de competencias internacionales, pero no es el único problema y como siempre nos encontramos en la situación de Chile, en donde si no tienes dinero, será muy difícil llegar lejos.
Y así es, si no tienes dinero para pagar una universidad, por ejemplo, entonces ¿Qué hacer?
En el deporte es semejante, partamos con lo más simple: Las clases de educación física en el colegio, la asignatura de 90 minutos a la semana en que en todos los años se le dedica un tercio al acondicionamiento físico, otro tercio en enseñar un par de deportes, y el otro tercio en bailar.
- El acondicionamiento físico no se hace por temporada, debería ser constante, por lo que debería estar presente en todo el año.
- En tan poco tiempo que se le dedica solo alcanza para ser enseñado las bases del deporte, se entrena 2 o 3 semanas (80 minutos a la semana si se aprovecha completamente el tiempo) y a la semana siguiente se evalúa, luego de que apenas supieses si te gustó el deporte o no, te olvidas de que existe hasta que se retoma en 2 o 3 años más.
- Y en cuanto al baile, se escapa del tema principal, pero requiere una mayor variedad fuera de los típicos bailes chilenos y culturalizar más sobre estos bailes: procedencia e historia.
Es por esto que 90 minutos a la semana no bastan en el colegio, como mínimo deberían ser 180 minutos (Como es en algunos colegios) y lo recomendado serían 270 minutos según el profesor de educación física, Adrían Maldonado, egresado de la Universidad Católica.
Veamos fuera del tiempo escolar o universitario. En Chile, un 86,7% de la población es sedentaria (ENS 2017), es claro que no hay mucho incentivo por parte del estado fuera de las comunas santiaguinas “más relevantes”. Lo único que se ha notado por parte del estado es la implementación de maquinarias para el acondicionamiento físico hace ya varios años, las cuales fuera de estas comunas y a estas alturas se encuentran o en mal estado, solo hay un par de estas máquinas o están en un ambiente pésimo por la mala mantención de las plazas y áreas verdes.
Además, fuera de canchas de futbol o multicanchas - las cuales si no es privada, y fuera de las comunas nombradas no suelen encontrarse en buen estado – es difícil ver un espacio que incentive otro deporte fuera de este, por lo que afecta tanto a los que buscarían realizarlo como hobby al no tener su fácil disponibilidad, como a los que buscan practicarlo profesionalmente, pues ni de forma privada llegan a haber canchas de calidad: “Es una vergüenza que el tenis, que tantos triunfos le diera a nuestro país, no encuentre en nuestro largo territorio ninguna cancha decente para jugar un duelo internacional. El equipo chileno tenía en la banca a un número uno del mundo y a un doble medallista olímpico, pero la cancha era de cuarto nivel.” Indica Francisco Cárdenas en su columna de diario UChile.
Y pasamos al ámbito profesional, donde nos encontramos de cara en un mundo que con suerte se apoya a los deportistas ya destacados. Así es, si primero no tenemos incentivación a conocer y probar los deportes, segundo si lo quieres entrenar y fortalecer tus habilidades en él, estarás solo, y si finalmente logras destacar, recién ahí tal vez puedas llevar una carrera o competir de manera profesional. Como indica Leonardo Salazar, presidente de la Asociación Náutica Piragüistas de Laja:
“Chile es un poquito complicado. Algunos prefieren que sus niños hagan su carrera. Hoy las universidades dan becas deportivas pero no para practicar el deporte sino como reconocimiento. Algunos tienen que pedir permiso en la universidad para ir a las competencias y el profesor puede decidir que no.”
Esto pues como indica la atleta chilena Érika Olivera, “no existen reales políticas de Estado y (…) las personas que trabajan en el mundo del deporte no entienden lo que significa ser deportista de alto rendimiento” provocando que cuando se requiere el financiamiento para viajar y participar en competencias de alto rango, los deportistas deban pedir dinero, donaciones y cooperaciones para costear los gastos.
Ser deportista en Chile es difícil, y basta con un poco de apoyo, basta con ejemplificar un caso reciente, el ministerio de deporte a través de un plan olímpico, un programa que en 2019 destacó un financiamiento de más de 20 mil millones de pesos, logrando que Chile se llevara varios oros y platas en los panamericanos en Lima. Pero no es fácil llegar a tal punto, aún se requiere educación en el colegio, incentivación en todo el país, y facilitar los recursos necesarios para entrenar y competir.
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