Una singular singularidad.
Creo que la mayor
parte del mundo sabe que no se puede dividir por cero, hasta Siri la asistente
personal de Apple tiene una respuesta para cuando intentas calcular esto, dice:
“Imagínate que tienes cero galletas y las repartes entre cero amigos. ¿Cuántas
galletas le tocan a cada amigo? ¿Lo ves? No tiene sentido. Así que el monstruo Comegalletas
está triste porque no hay galletas y tú estás triste porque no tienes amigos.”
De esto tratará este ensayo, de cómo ciertas líneas evitan tocar al cero. Por ejemplo,
la función uno sobre equis o uno dividido entre equis. Esta función tiene de
dominio todos los números menos el cero, es decir equis puede ser cualquier número
que se le dé la gana, cualquiera, pero menos el cero. De hecho, si uno intenta graficar
esta función se dará cuenta que a medida que x se acerque al cero tanto por la izquierda
como por la derecha, la línea que describe esta gráfica se irá hacía arriba por
la derecha y hacia abajo por la izquierda, si dibujáramos una línea recta hacía
arriba en la posición del cero, nos daríamos cuenta de que nuestra función
nunca la tocará, a esta línea dibujada se le llama asíntota, vertical en este
caso. Surgen una serie de preguntas naturales, ¿Qué pasa más arriba, si subimos
o bajamos indefinidamente?, ¿Llegará un punto donde estén tan cerca que se rocen?
Veamos que sucede más allá en el infinito. Se dice matemáticamente, que la
función uno sobre equis, tiene a infinito cuando equis tiene a cero por la
derecha y tiende a menos infinito cuando equis tiene tiende a cero por la
izquierda, en otras palabras, podríamos estar años calculando y graficando la
asíntota y la función, pero estas nunca, repito nunca se tocaran.
Este análisis, si bien
de burda formalidad, nos estimula a ir más allá. La función mencionada anteriormente
vive en el plano dos dimensional, ¿Qué pasaría si la dotáramos de una dimensión
más por donde moverse?, quizás nada interesante. Pero busquemos “singularidades”
en nuestro día a día. Imagínese que de repente en su mesa surge un agujero interminable,
cuantifiquemos de manera explicativa esto, veamos la superficie de su mesa, plana de preferencia
y sin las patas, en el gráfico tridimensional, ahora en cierta parte de esta
superficie (su mesa) empezamos a dibujar el agujero interminable, es difícil de
imaginar, sin embargo podemos usar la analogía, como si a una tela de látex mientras es estirada con bastante fuerza,
le pusiéramos encima una pelota de acero ultra pesado, esta generará un agujero
a causa de su peso, volviendo a la mesa si bien no es laxa como el látex,
supongamos que lo es. Veremos que este agujero interminable puede estar hecho por
culpa de una esfera bastante, bastante pesada, tanto que está constantemente
cayendo y perturbando la superficie dada. Puedes decir, esto nunca pasará si a
la mesa de alguien le hubiese pasado esto ya me hubiese enterado. Pues te digo
que estos fenómenos conocidos como singularidades matemáticas existen junto
contigo y aunque no los veas, su inexplicable misterio es terroríficamente hermoso.
En las ecuaciones de
campo de la relatividad general, Schwarzschild un físico matemático encontró
una solución que posee una singularidad matemática y es además la más
importante de la física, esta solución planteada de la manera más simple
posible es que, si vemos al espacio donde viven nuestro hermoso planeta, las
estrellas los cometas, todo. Este “lugar” es una especie de superficie indescriptible,
pero bien sabemos cómo comunidad científica que, si ponemos una “bola” un poco
masiva, como la tierra encima de esta superficie, la curvará dependiendo
siempre de la masa de esta. Por ejemplo, el sol curva el espacio tiempo como se
le conoce y genera una especie de mini agujero haciendo que los planetas cercanos
caigan en este agujero como cae el agua cuando tiramos la cadena del baño, este
fenómeno se le conoce como gravedad, ahora la singularidad de la solución mencionada es conocida
hoy en día como agujeros negros, tienen las mismas cualidades que los que describimos
anteriormente como el de su mesa, datan desde casi el principio del universo,
cuando todo era más chévere, pero que tiene de particular. Bueno la forma
en la que podemos estudiar el espacio estando bastante lejos de algo, es a través
de la luz que refleja o emite, ya que esta es la fuente de información más rápida del universo, que
sucede, que la gravedad generada por algo con masa, posee una velocidad de escape, es decir una
cierta velocidad a sobrepasar para poder salir de ahí por ejemplo en la Tierra
una nave espacial para poder escapar de la tierra debe tener la velocidad de once punto dos kilómetros por segundos. La velocidad
de escape de un agujero negro es tan alta que ni siquiera la luz puede escapar
de ellos, por ende, son un oscuro misterio. Donde la única forma para poder
estudiarlos será estar ahí en presencia de uno, y ni siquiera así se podrá saber todo de ellos habrá que estar en él, cosa que es imposible al día de hoy, ya que están a años luz de distancia y que si quisiéramos entrar en uno moriríamos al instante.
En conclusión, estas
singularidades matemáticas existentes desde siempre, nos ayudaron a predecir a
estos gigantes masivos, que en la actualidad son unos de los más grandes
misterios jamás antes conocidos. En particular cualquier cosa que se pueda
cuantificar y posea cierta propiedad matemática, será algo digno de estudio e
investigación trayendo una serie de problemas a resolver que sin duda nos darán
una gran satisfacción a la hora de avanzar como sociedad pensante.
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