Catalina
Cariceo
Ingeniería
Matemática
Desde
la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral, ellas siempre han
experimentado dificultades para acceder a empleos por barreras en el mercado
laboral o barreras sociales, lo que se traduce en una baja inclusión laboral,
la falta de leyes donde se privilegie o incentive a las empresas la
contratación de mujeres, además de la búsqueda de que los derechos y deberes
tanto laborales como familiares sea igualitarios en mujeres y hombres.
En
Chile la participación en la Fuerza de Trabajo de las mujeres ha ido en aumento
en los últimos años, sin embargo, a pesar del crecimiento económico sostenido y
otros factores condicionantes, la tasa es una de las más bajas en toda América
Latina (OIT, 2008) manteniéndose muy por debajo del promedio regional.
Según
un estudio de la CEPAL "la disparidad de participación en la fuerza de
trabajo entre las mujeres del quintil más pobre y más rico se elevó de 27.2
puntos a 31.6 en 1996. Es decir, a pesar de que aumento la participación en el
mercado de trabajo de las mujeres de todos los quintiles de ingreso, el ritmo
de incorporación de las mujeres pertenecientes al quintil más rico fue mayor.
Ello estaría demostrando que los obstáculos de género para acceder a ingresos
del trabajo se agudizan con la pobreza". (Revista Ius et Praxis, 13 (2):
195-221, 2007, Articulo de Irene Rojas Miño, “Las reformas laborales al modelo
normativo de negociación colectiva del plan laboral”)
A pesar de las múltiples trabas muchas mujeres
incursionan en el mundo laboral, es por ello por lo que se busca obtener una mayor
representatividad por parte de las mujeres y así obtener un equilibrio entre
géneros.
El
último informe de igualdad de género del foro económico mundial de 2015, señalo
que en términos económicos la brecha de genero se ha cerrado solo un 3%, por lo
que, si se continua a este ritmo se puede suponer que el mundo va a tardar 118
años, es decir, hasta el año 2136 en lograr cerrar la brecha por completo.
Por
otra parte, el INE señala en el enfoque estadístico de “género y empleo 2016”
que la tasa de participación laboral en las mujeres alcanza un 48,2% lo que
demuestra que más de la mitad de la población femenina se encuentra sin
remuneración, estas cifras ponen por debajo a Chile de los países de la OCDE,
donde el promedio de participación es del 63%.
La
representación de los intereses de los trabajadores en los sindicatos es
fundamental, ya que ellos son los encargados de negociar con los empleadores;
los objetivos de las negociaciones son estabilidad laboral, fortalecimiento
organizacional, beneficios, aumento de remuneraciones, mejoramiento en
condiciones de trabajo y mejoramiento en relaciones laborales.
La
participación de las mujeres en organizaciones sindicales toma relevancia, ya
que al momento de comenzar a trabajar nacen distintos conceptos como lo son la
desigualdad, un concepto bastante escuchado al hablar del trabajo femenino,
especialmente con los sueldos en la actualidad donde las mujeres ganan un
tercio del sueldo de un hombre realizando el mismo trabajo y que la población
femenina es mayor a la masculina, ya que actualmente más del 51% de la
población en Chile son mujeres, es por ello que se hace una necesidad el
trabajo femenino para que el país crezca.
Los
sindicatos surgieron en el siglo XIX como una forma organizada de lucha
respecto los empleadores capitalistas, la demanda principal que buscan las
mujeres sindicalistas está relacionada con una mayor igualdad de género. Es por
ello por lo que en Chile se ha creado la ley 20.820 propuesta por el ministerio
de la mujer y la equidad de género el cual busca promover la dignificación del
trabajo doméstico, en el marco de la corresponsabilidad entre hombres y
mujeres.
Aunque
aún falta una mayor participación femenina en las organizaciones sindicales se
observa como ha estado avanzando y que cada vez se hace más necesaria la
participación de las mujeres en las negociaciones y por ende en las
organizaciones sindicales que luchan por los beneficios de los trabajadores, pero
para lograr una mayor participación en las organizaciones se debe hacer un
aumento de mujeres en el mercado laboral y para ello se requiere de leyes que
fomenten la contratación femenina y no como es actualmente donde a una empresa
le es más costoso contratar a una mujer que a un hombre, es por ello que se
requieren normas y leyes que establezcan una igualdad de derechos y deberes por
parte de mujeres y hombres, para lo cual es muy necesaria la participación en
las negociaciones laborales.
Bibliografía:
Revista Ius et Praxis, 13 (2): 195-221, 2007, Articulo
de Irene Rojas Miño, “Las reformas laborales al modelo normativo de negociación
colectiva del plan laboral”.
L' Avenç: Revista de historia y cultura, ISSN
0210-0150, Nº 278, 2003, págs. 22-25
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