BRYAN
VERDUGA
Carrera
de Ingeniería matemática
EL SER UN INDIVIDUO
INTRODUCCION
Todo individuo está
inmerso en un entorno, interactuando con este, generando respuestas y
recibiendo estímulos. El entorno social específicamente, involucra personas,
las cuales tienen esa capacidad de relacionarse, pues ello es propio de todo
ser humano. El o la adolescente como individuo también se relaciona con el
medio que lo rodea, no puede quedar ajeno a su influencia y muchas de sus
acciones son el resultado de su interrelación, sea cual fuere la naturaleza de
ésta. Pero, ¿cómo influye el entorno social en él o ella?, ¿es capaz de
sobreponerse a las condiciones adversas del medio?, ¿cómo lo hace? Son algunas
interrogantes que se presentan cada vez que se intenta analizar los factores
que influyen en el desarrollo de las capacidades del o la adolescente.
DESARROLLO
En líneas generales se
puede decir que la adolescencia es la etapa de la vida en que se producen los
procesos de maduración biológica, psíquica y social de un individuo, alcanzando
así la edad adulta y culminando con su incorporación en forma plena a la
sociedad. Así, las nuevas características tanto físicas, psicológicas como
sociales presentes en el o la adolescente influyen en el modo de ver y
relacionarse con la sociedad, ahora bien entre estas influencias uno de los
principales factores es el medio social que lo rodea, pues debemos pensar en el
adolescente como un miembro del sistema social el cual lo condiciona en su
proceso de socialización, permitiéndole incorporar valores, creencias,
modalidades y hábitos a partir de los cuales va a construir su identidad. Si
bien es cierto que el medio condiciona al sujeto debemos recalcar que no lo
determina. Bajo este contexto se puede decir que todo lo que rodea a el o la
joven, sea la familia, el colegio, la comunidad, los pares, los medios de
comunicación, las organizaciones comunitarias, etc… ejercen influencia en éstos
y, al mismo tiempo se ven estos enfrentados a distintos cambios sociales,
estímulos y desafíos que generan respuestas necesarias para su desarrollo personal
y social.
Surge entonces la
problemática que envuelve al o la adolescente inmerso en un entorno social
negativo, ejerciendo influencia negativa. En algún momento del desarrollo,
crecimiento y socialización todos se deben enfrentar de algún modo a situaciones
dañinas y desconocidas donde no siempre se cuenta con recursos psicológicos
para hacerles frente, A pesar de esto el o la adolescente posee ciertas
herramientas que lo hacen “resistente” a estas influencias negativas, teniendo
la capacidad de sobreponerse a las adversidades del medio, así cabe hablar del
concepto de resiliencia que se refiere a la capacidad del ser humano de
recuperarse de la adversidad y más aún, a transformar los factores adversos en
un estímulo y desarrollo. Se trata de la capacidad de afrontar de modo efectivo
eventos adversos, que pueden llegar incluso a ser un factor de recuperación, La
resiliencia se presenta entonces como esta cualidad que “protege” en cierta
forma al o la adolescente, permitiendo que se desarrolle positivamente a pesar
de las difíciles condiciones de vida.
Bajo el mismo contexto
de la resiliencia y vinculados con ésta se consideran diversos recursos
personales del o la joven como es la posibilidad de establecer una autoestima
positiva, basada en logros, cumplimiento y reconocimiento de responsabilidades,
pues Teniendo en cuenta que la resiliencia no es un don totalmente innato, ni
totalmente adquirido existen factores que la incrementan como la exposición
previa a situaciones adversas con resultados exitosos, poseer identidad
cultural, capacidad de superar el miedo, un ambiente facilitador, recursos
personales y habilidades sociales.
El rápido desarrollo
de las sociedades junto a la multiplicidad de influencias interculturales que
se han producido, han propiciado una situación de confusión de valores, a las
que los y las adolescentes son especialmente sensibles. Así, la tendencia propia del o la adolescente
a experimentar varias actitudes y conductas ligadas al riesgo, muchas veces
incomprendidos por quienes lo rodean generando conflictos y relaciones
difíciles, factores que hacen que los y las adolescentes vean cada vez más
confuso su proyecto de vida y encuentren un referente o sustituto fuera del
hogar, desligándose de a poco del control de los padres ,el riesgo se presenta
si este referente es negativo o nocivo para el o la joven, pues se pueden dar
situaciones riesgosas que impidan un sano crecimiento personal de este. Asi es
como comienza a formar parte importante en esta etapa el rol que juegan los
pares, los amigos, compañeros, etc… Los pares también ejercen influencia en el
o la joven, dependiendo del tipo de elección, estos grupos pueden afectarlo
negativamente, incitando y/o reforzando las conductas de riesgo ya presentes en
el o la adolescente. Los adolescentes eligen amigos semejantes en estilo, ideas
y comportamientos, los jóvenes seleccionan amigos parecidos y, por otro, una
vez dentro del grupo todos ellos viven un proceso de socialización que
incrementa o, al menos, mantiene sus conductas. Existe evidencia de que los
adolescentes seleccionan en cierta medida a sus amigos en función de sus
características personales y conductuales, pues el grupo para los adolescentes
lleva implícito un mandato ¡se como nosotros! Buscando así la aprobación o aceptación
de los otros significativos Y de esta manera es el grupo el que incita,
facilita o protege de las conductas de riesgo que son propias de la edad. Ahora
bien ¿Qué rol juegan respecto de la resiliencia? Precisamente esta, pues los
amigos, los pares, para el adolescente son fundamentales, son ellos quienes colaboran
elementalmente en la autoestima del adolescente, mejoran nuestras habilidades
sociales, refuerzan conductas y deslegitiman otras, de manera que influyen de
manera importante en lo que es la resiliencia, pues de ser las amistades
correctas facilitan esta y, viceversa, de ser incorrectas la dificultan, asi
hay investigaciones sobre la conducta antisocial y violenta en adolescentes que
han puesto de manifiesto que los amigos juegan un importante papel en el
sentido de que las características del grupo condiciona la probabilidad que
tiene un sujeto de persistir en una conducta antisocial o desistir de ella;
esto tiene su explicación en que los jóvenes aprenden de otros jóvenes -con los
que tienen un fuerte contacto- conductas, de manera que de tratarse de un
adolescente que por ciertas razones tiene una conducta antisocial buscará un
grupo que justifique dichas conductas en una intento por auto validarse, ahora
bien si tiene amigos que no la justifican y que al contrario la rechazan es muy
probable que el adolecente desista de ella o bien busque otro grupo que si la
legitime.
CONCLUSION
En resumen, este
trabajo pone de manifiesto que los amigos tienen un papel importante en la
conducta prosocial o antisocial de los adolescentes. Pues si se tienen amigos que me dan una
influencia positiva se dan condiciones favorables para la resiliencia, a la
inversa, si tengo amigos que son una mala influencia en mi reforzaré conductas
negativas, antisociales, pues dicho grupo valorará dichas conductas y las
respaldará como buenas, de manera que el adolecente se ve auto validado, no
permitiendo que transforme dichas conductas en algo prosocial en lugar de
antisocial. Desde este punto creemos que la clave está en el proceso de
socialización que se produce dentro del grupo de amigos: el adolescente imita
la conducta de los amigos y el grupo recompensa o no la conducta, de manera que
esto influye en el adolescente de una manera demasiado importante como para
pasarla por alto.
Así una influencia negativa puede presentarse
como un reto para aquellos jóvenes resilientes, pues de superarlo serán capaces
de lograr con ayuda de sus pares definir su identidad de manera correcta,
dirigiendo su interés hacia la realidad, hacia lo justo y lo correcto, logrando
superar las adversidades y obstáculos del entorno, con habilidad para explotar
sus capacidades, haciendo frente a las dificultades que el medio le ha
planteado y desarrollando un aprendizaje activo como resultado de las
experiencias negativas, es decir tener una vida “sana” viviendo en un medio
“insano”.
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