Jorge
Zambrano Canales
Ingeniera en Matemática
Infinitas son las
temáticas abordadas en la película francesa “Los Coristas”, una película muy
significativa y que a pesar de su simpleza ya que se desarrolla mayormente
dentro de las paredes del internado, deja una sensación de que nada está
perdido del todo. En este ensayo se profundizará un tema que se trata
ampliamente dentro de la película: el castigo, y me referiré a éste y no a otro
porque me recordó mucho el trato o castigo que se aplica en Chile a los
denominados “niños problema”.
Castigo es una pena
que se aplica a alguien que ha cometido una falta o delito y que manera de
apreciar el castigo dentro de “Fond de l’ étang”.
En este internado
el objetivo es acoger a niños huérfanos y reformar a “niños problema” por medio
de la regla de acción y reacción impuesta por el director
Rachin. Esta regla contempla penas que van desde trabajo comunitario (sin
participación en clases) hasta el encierro en una habitación con barrotes cual
reo. Desde el primer día que el prefecto Mathieu ingresa al internado se puede
observar el funcionamiento de esta regla, ya que el director castiga a un
alumno en el encierro para que el resto delate al culpable de un accidente que
tuvo el portero Maxence. Esta regla me recordó la técnica del conductismo, ya
que el director esperaba reformarlos por medio del miedo que provocaba el
encierro y los golpes que venían luego de cada mala acción realizada por ellos.
La técnica
utilizada por Rachin no es efectiva ya que los niños reaccionan con inercia y
hasta cierta rebeldía frente a cualquier cosa que se les pida luego de salir
del encierro al cual que eran sometidos. Y lo que es peor hace que se estanquen
en el estadio en que se encuentran, alargando la crisis y desarrollando un
sentimiento de inferioridad que juega en contra de su autoestima. Un claro
ejemplo de esto se da cuando Morhange es castigado por hacer una caricatura del
director y al volver a la sala de clases actúa de manera terca y no quiere
formar parte del coro a pesar de que después podemos ver que le gusta mucho cantar
y tiene un talento innato para ello.
En la introducción
de mi ensayo quise destacar los aspectos y consecuencias negativas que traía el
método de Rachin y en del desarrollo destacaré el método de Mathieu y las
diferencias con el del director.
A pesar de que la palabra castigo nos indica algo
negativo, el prefecto Mathieu nos muestra que un castigo bien empleado,
proporcional a la falta y con una finalidad puede ser muy útil para los niños
del internado. Por ejemplo, cuando encuentra a Morhange en la sala
de clases sin autorización se escuda en la regla de acción y reacción y lo
“castiga” con lecciones diarias de canto y participación obligatoria en el
coro. Lo que para Morhange era un castigo terminó convirtiéndose en lo que
necesitaba para salir de su cascarón y explotar su talento al máximo. Mathieu
es el claro ejemplo de cómo un profesor puede “marcar” a sus alumnos, pero de
manera positiva y así también lo es Rachin de forma negativa. Con sus castigos,
Mathieu, logra sacar lo mejor de estos niños y hacerles desarrollar un
sentimiento de gratitud, dado que el prefecto les hace ver que aún existen
personas que creen en ellos.
En esta etapa
(Laboriosidad vs. Inferioridad) se destaca la importancia de los padres para
vencer la crisis y así desarrollar las competencias que los llevan a la
laboriosidad. ¿Pero qué pasa con los huérfanos? Claramente, Mathieu pasa a ser
una especie de sustituto de las figuras paternas y maternas ausentes en la vida
de estos niños y los ayuda a salir de esta inferioridad dándoles un propósito a
sus acciones. Ayuda a Pépinot, que, a pesar de no cantar en el coro, pasa a ser
ayudante de Mathieu y le toma tal cariño que termina viéndolo como el padre que
nunca lo vino a visitar los sábados.
A diferencia de
Rachin, Mathieu logra ganarse la confianza de los niños y es respetado y no
temido como el director, creo que el primer paso para esto lo da cuando en la
primera clase no los acusa al director cuando le quitan sus partituras. Creo
que se ven tan sorprendidos porque estaban tan acostumbrados a ser castigados
que ya nada les daba miedo o les inspiraba respeto y el prefecto cambia
totalmente esto y con su música crea un ambiente propicio para que todos
sientan que pueden ser cualquier cosa que deseen y hasta el director termina mostrando
un poco más de humanidad y se aprecia un cambio significativo en los niños, los
cuales no son castigados con la frecuencia de antes e incluso se podría decir
que se anulan los castigos dentro del internado.
La formación del
coro los ayuda a darle un propósito a sus vidas y los lleva a la laboriosidad
porque se desarrollan de tal manera en ese aspecto porque a pesar de que el que
destaca por su talento es Morhange, el resto se equipara a él por medio de
incansables ensayos. Esto los lleva a destacarse como agrupación hasta el punto
de que la condesa los quiere ver cantar y queda sorprendida con ellos.
El anti-método de
Mathieu, por darle un nombre, es totalmente efectivo frente al de Rachin porque
los niños lo siguen y comienzan a ver en el prefecto un adulto diferente a los
que conocían y lo más importante ven a una persona que cree en que ellos pueden
lograr cosas y no sólo hacer travesuras.
La película nos
muestra que todas las personas necesitan una segunda oportunidad y que muchas
veces los niños se comportan de manera rebelde por el trato que les dan los
adultos y profesores también. Me sirvió mucho porque como profesora en
formación es bueno darse cuenta que los castigos aplicados de manera
proporcional a las faltas pueden dejar una enseñanza al igual que los premios,
incluso de una manera más profunda porque nos ayuda a ver de manera más clara
las consecuencias de nuestros actos y de una manera excepcional podemos
aprovechar esas instancias para sacar a relucir características de nuestros alumnos,
como lo hacía el prefecto.
Creo que en
nuestro país muchas veces se ignora a los niños problema o se les da un trato
que no aporta en nada a su formación. Mathieu ayuda a los niños a superar la
crisis de esta etapa dándoles un quehacer: ser buenos en el coro, lo que les da
un propósito y un gran sentimiento de gratitud hacia su maestro.
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