¿Cuántas veces por falta de tiempo se recurre a alguna
de las comidas instantáneas “Maruchan”? ¿O
agregamos alguno de los tantos productos “Maggi”, “Knorr” o “Gourmet” a
las preparaciones para hacerlas más sabrosas?
¡Esto es un verdadero veneno! Y es lo que ingerimos en nuestras comidas diariamente.
Por eso, es recomendable que usted sepa muy bien qué
es lo que ingiere cada día, entonces sería conveniente preguntar ¿Qué
ingrediente poseen estas comidas, que
nos hace consumirlas de forma constante y casi adictiva? Para quienes no lo
conocen, se los presento: el famoso Glutamato
Monosódico, mejor conocido como GMS.
EL GMS es
comercializado por la industria alimentaria como un
potenciador del sabor, debido a que equilibra, combina y resalta el carácter de
otros sabores, teniendo como único objetivo facilitar un mayor consumo del
producto al que se añade, por ejemplo, a ese exquisito e imperdible almuerzo
familiar.
Según estudios realizados a ratas de laboratorio, lo
que hace el GMS es despertar un
hambre ansiosa, hasta el punto de que incrementa la voracidad en un 40% al
impedir el buen funcionamiento de los mecanismos inhibidores del apetito.
También ha sido denominado como una forma de excito-toxina, es decir, un
producto químico que excita a las neuronas, haciendo que se disparen
rápidamente, y que después mueran de forma repentina y sin previo aviso.
Uno de los efectos secundarios más nocivos del GMS es el llamado: “Síndrome de la
comida China”, el que puede causar dolores de cabeza, palpitaciones, eritema,
sudor, acidez en el estómago, debilidad, entumecimiento alrededor de la boca y
dolor en el pecho. Además, el consumo a largo plazo y/o frecuente del GMS, se asocia el riesgo creciente de
padecer enfermedades cardíacas, arterosclerosis, hipertensión y cáncer.
¡No se asuste, pero hay más! Existe una investigación
científica bien basada, que sugiere que el ácido glutámico puede actuar como
una “neurotoxina lenta”, causando daños como la demencia, años después de
haberse ingerido. De igual forma, su consumo se ha ligado de cerca al
comportamiento adictivo, el crecimiento impedido o trunco, los desórdenes del
comportamiento, del aprendizaje y de la memoria, hiperglicemia, derrames,
epilepsia, trauma cerebral, depresión, ansiedad, y por sus características de
resaltador del sabor, a la obesidad.
Lamentablemente, se encuentra presente en la mayoría
de los productos que consumimos. Se utiliza en casi todos los restaurantes de
comida rápida, y en la fabricación de una gran cantidad de alimentos
instantáneos y congelados para hacer más intenso el sabor.
Los productos que contienen las mayores dosis de
glutamato monosódico son: frituras de maíz, papas fritas, botanas, sopas,
aderezos, carnes a la parrilla, carnes ahumadas, embutidos, condimentos, aderezos,
especias preparadas, consomés concentrados y salsas.
Ojo que no por nada, la industria utiliza alrededor de
30 nombres alternativos para su etiquetado en los distintos alimentos y así
enmascarar el producto y engañar a los consumidores. Aquí que listan algunos
ejemplos: proteína hidrolizada, extracto de levadura autolizada, ajinomoto,
vetsin, MSG, gelatina, caseinato de calcio, proteína vegetal
hidrolizada (PVH), proteína texturizada, glutamato
monopotásico, proteína hidrolizada de plantas (PHP), extracto de levadura,
ácido glutámico, caseinato de sodio, levadura hidrolizada, extracto de proteína
vegetal, senomyx, carragenano, saborizante natural, realzador del sabor, o
con los números E620, E621, E622, E623, E624, E625,E627, E631, o E635.
Lo peor de todo es que la autoridad no se pronuncia ni
hace nada al respecto, siguen introduciendo en el mercado productos con el
famoso GMS y uno de los grupos que se
ve más afectado es el de los estudiantes, por
poseer la mezcla perfecta para ser asiduos consumidores de este incógnito
veneno: dinero escaso, falta de tiempo y malos hábitos alimenticios, la mejor
receta para la industria.
Es por esto que si nos unimos, informamos y ponemos
atención en las etiquetas de todos los alimentos, seremos portadores de la
única solución, ¡No consumirlos más!
Verónica Pacheco
Garrido
Ingeniería Civil
Química
Universidad de
Santiago de Chile
No hay comentarios:
Publicar un comentario