Hijo adoptivo
frente a un hijo biológico, esencialmente, lo mismo.
Una adopción es el acto jurídico mediante el cual se crea
un vínculo de parentesco entre dos personas, de tal forma que se establece
entre ellas una relación análoga o muy similar a la que resulta jurídicamente
de la paternidad.
Adoptar o tener un hijo biológico es, en lo esencial, lo
mismo. La determinación, el compromiso, el amor y el vínculo existen en ambos. Sin
embargo, cuando una pareja decide un embarazo, se trata de padres buscando un
hijo, mientras que, la adopción consiste sobre todo en un niño que necesita una
familia.
Generalmente, las mayores preocupaciones aparecen frente
a cómo comportarse y el miedo a “lo que viene después”, a las posibles dudas:
¿se quiere de igual forma un hijo adoptado frente a un hijo biológico?, y si es
de otra raza ¿cómo se adapta un niño de otro país y cómo actuar si este no se
adapta?, ¿y si el pequeño tiene un trastorno o una enfermedad? Estos miedos son
normales, del mismo modo que surgen preocupaciones y dudas ante un embarazo. Es
más, la maternidad biológica no está exenta de riesgos de este tipo y, de
ningún modo, es sinónimo o garantía de que todo vaya a ser fácil o perfecto.
Hace mucho tiempo la adopción se veía como un acto de
caridad, hoy en día la adopción es vivir la experiencia de poder disfrutar
tener un hijo. Antes de adoptar tiene que haber un proceso de reflexión,
dejando un poco de tiempo transcurrir, pues no es sólo una cuestión de cariño.
Además, dada la función de protección del menor a que responde, se asumen las
obligaciones de cuidar del adoptado.
En la adopción lo más importante es el interés y los
derechos del menor. Los trámites de adopción son un mecanismo encaminado a
proteger al niño y encontrarle una familia. El derecho de los padres o un
hipotético derecho a adoptar quedan en segundo plano. Es por esto, que una vez
tomada la decisión de adoptar existe un extenso y difícil proceso burocrático
que deben soportar, tanto los niños en proceso de adopción como los futuros
padres, que deben cumplir una serie de requisitos. Es importante asumir que
presentar una solicitud de adopción no significa que finalmente se produzca esta.
En algunos casos, luego de un largo tiempo de espera, no se consigue adoptar al
niño y se sufre por ambas partes.
Queda en manos de las familias la adopción nacional o la
internacional. Si se opta por la segunda cabe señalar que los gobiernos
trabajan increíblemente lento, lo que dificulta la mayor parte de adopciones a
las familias que normalmente calificarían, causando que niños pierdan las
oportunidades que podrían haber cambiado sus vidas.
Como aconsejan los expertos, ser adoptado no es algo que
se debe ocultar, ni se tiene que ocultar. Estas son personas que han sido
escogidas por la sociedad para ser instruidas, guiadas y amadas, solo tienen
que encontrar el momento indicado para que sea revelada su realidad. Ocultarle
la realidad a estos niños es alejarlos de su origen y esto lo que va a
ocasionar son frustraciones, malos actos, rebeldía y hasta colocarse en contra
de esas personas que no revelaron su deseo de saber. Esto se puede evitar si
los padres fuesen instruidos al comienzo de la adopción, para que vean la
ventaja oportuna de la verdad. Los padres adoptivos tienen que conocer y
entender a su pequeño, porque de esta manera reconocerá su temperamento,
sensibilidad y nivel intelectual; se le puede decir en el momento que él lo
pueda entender.
Finalmente, adoptar a un niño es un acto que engrandece a
las personas, es una difícil decisión para muchos y ni siquiera se encuentra en
los pensamientos de algunos, pero los que lo logran conocen la alegría de poder
entregar amor a un ser que lo espera con ansias y en donde en un futuro padres
y niños se agradecerán mutuamente.
Michelle Herrera Ramírez
Ingeniería Civil en Obras Civiles
Universidad de Santiago de Chile
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