jueves, 29 de agosto de 2013

Colegios en Chile ¿Las guarderías del siglo XXI?

Realizado por: Sergio Andrés Currilen Cavallari
Carrera: Ingeniería Civil en Obras Civiles

Desmotivación juvenil, bajos rendimientos escolares, falta de respeto al profesorado, entre otros, parecen ir en aumento con el paso de los años en Chile, influyendo en malos resultados en el ingreso a la educación superior, como también, más profundamente, en adultos frustrados incapaces de ver y reconocer, desde una posición humilde, los errores cometidos en sus propias vidas. ¿Será ésto un reflejo de la mala educación entregada en los colegios? O ¿el reflejo de una tendencia en las personas al mínimo esfuerzo, escudándose en las pocas oportunidades recibidas?

Un aspecto fundamental es la pérdida progresiva del respeto por la institución del colegio y, junto con esto, al profesorado, el cual ya no es visto como un ejemplo a seguir de altos niveles de sabiduría y estándares de calidad educacional, sino, solo como un empleado más que debe cumplir su rol en la sociedad. Este pensamiento, es implantado en las mentes de los niños y jóvenes de hoy, no espontáneamente, sino por sus propios padres, los cuales les hacen creer que viven en una sociedad de derechos pero no de deberes. Frases como: ¡No dejes que nadie te levante la voz!, ¡Nadie puede decirte lo que debes hacer!, ¡No des el asiento en los buses!  Con esto último se han perdido nociones básicas de buenas costumbres y respeto, todo por no generar falencias en las vidas de sus hijos, como las que ellos vivieron.  Aún así, los apoderados exigen que el colegio les enseñe y eduque a sus hijos, cuando estos no necesariamente desean aprender, reprendiendo, incluso, a los profesores por dichos resultados, no como tiempo atrás cuando se castigaba al alumno. Esto repercute en la creación de jóvenes con caracteres débiles incapaces de enfrentar desafíos y críticas.

¿Por qué guarderías? Es fácil observar cómo se extienden los horarios escolares poco a poco a jornadas completas, alejadas de sus objetivos principales, los cuales son fomentar el deporte y la realización de talleres culturales, en cambio, son una excusa para sumar horas de cátedra y mantener a los alumnos el mayor tiempo posible en el establecimiento, incluso, una oportunidad para los padres para que alguien se encargue de sus hijos mientras ellos trabajan. Aspectos como los anteriores, junto a horarios extenuantes o malas condiciones en los establecimientos, tanto estructural como socialmente, afectan directa e indirectamente en la motivación e interés por estudiar de los jóvenes.

¿Es entonces, el colegio, un simple lugar de estadía temporal, encargado del cuidado de los niños y jóvenes donde únicamente se espera el crecimiento en la inteligencia particular y no en la inteligencia emocional? ¡No!, ¡claro que no!, se debe buscar, también, la generación de habilidades blandas, originadas en base al roce constante entre realidades, tanto de experiencias de otros alumnos, como además de los profesores, mas es fácil apreciar una delegación de responsabilidades, que recae sobre los colegios, en la educación moral del individuo, la cual netamente debiera provenir del hogar.


De esta manera, se va perdiendo poco a poco el sentido de un lugar, más bien, de una institución ejemplar, la cual no debe tener como objetivo preparar moralmente, sino que entregar las herramientas mínimas necesarias para que el individuo se desarrolle mentalmente y se forme integralmente. Los padres no deben culpar a los colegios del desempeño deficiente de sus hijos en la vida, sino ver en sus propias enseñanzas las falencias que ellos poseen, ya que ésta es la principal razón que define el carácter de los jóvenes. Se crecerá más como sociedad el día en que se deje de ver la astilla en el ojo ajeno y se comience a ver el árbol que existe en el propio y se vuelva a entregar poder a los establecimientos educacionales sobre los futuros de los jóvenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario