Pocos géneros dentro del amplio abanico que podemos observar en la historia
de la música, se han desarrollado y han generado tantos subgéneros como el rock. Sus orígenes están
principalmente ligados al Blues y al R&B, siendo estos dos géneros los
pilares fundamentales que sostienen el enorme castillo musical del rock.
Existen un sin número de exponentes
de este estilo musical, que si bien poseen características y estilos
completamente distintos, convergen a una
categoría común: Rock. Entonces, ¿Qué determina la clasificación del estilo?
¿La estructura musical? ¿El uso preponderante de guitarras? ¿La métrica? ¿El
contenido de las letras? No. La base
del rock es la actitud.
Distintas bandas han ido
experimentando con sus composiciones: ya no usan el tradicional verso-coro, el
protagonismo de las guitarras pasó a ser reemplazado por el teclado y hasta incluso
el bajo, las canciones ya no son siempre en 4/4 y las letras no hablan solo de
amor, tienen contenido social, político y hasta espiritual. A pesar de todos
estos cambios las bandas siguen teniendo un núcleo en común que las define y diferencia
de las demás. Este núcleo es su actitud. Su actitud desinhibida, casi siempre
revolucionaria a la escena musical actual, proyecta un estilo que las diferencia del resto, que las eleva a una posición
superior imposible de ignorar por la audiencia. Si observamos bien, esta es la
tendencia común que siguen las grandes bandas: parten en un escenario más
underground, pero su actitud es la
que finalmente los hace famosos.
No hemos tocado el tema de la
calidad musical, ya que es un tema sensible debido a la poca tolerancia por
parte de las personas más críticas en cuanto a música se trata. Ninguna canción
va a ser mala en cuanto posea un trasfondo. Una canción puede tener 3 acordes,
pero la interpretación vocal o el sonido de los instrumentos nos pueden hacer
sentir, como por otro lado, una canción puede tener una complejidad en cuanto a
composición elevadísima pero ser fría como una roca. Si la canción es vacía,
creada íntegramente por una aspiración comercial, puede tener un éxito
momentáneo, pero está destinada al olvido. Si la canción posee un trasfondo, y fue
concebida como debe ser, mediante el sentimiento, nunca va a ser olvidada. Y
esto es común en el rock. Hoy en día existen himnos que son de la época de
nuestros abuelos y aun así siguen sonando y transmitiendo la misma energía a tres generaciones distintas.
Ahora bien, dijimos que la base
del rock es la actitud, pero ¿podemos decir que el rock es actitud?
No. Según D. Krech y R.S. Crutchfield:
“Una actitud puede ser definida como una organización permanente de procesos
emocionales, conceptuales y cognitivos con respecto a algún aspecto del mundo
del individuo”. O sea podríamos decir que el mundo del individuo, en nuestro
caso de los músicos, los condiciona a tener una actitud que se ve reflejada en
la creación musical. Por lo tanto no se puede tener esta "actitud
rockera" por deseo propio. Un músico emergente no puede decidir por sí
solo que va a hacer rock. Son sus
circunstancias las que determinan sus motivaciones personales y estas a su vez
se reflejan en la música. Es por esto que muchas bandas que se catalogan como
"rockeras" no tienen éxito, se olvidan en la memoria colectiva ya que
no poseen una actitud que las diferencie, y no la poseen porque sus
circunstancias no la crearon en sus integrantes.
Las circunstancias son el cemento
que solidifican la base del rock: la actitud, es por esto que no podemos decir
que el Rock es solo actitud. El Rock es mucho más que una actitud, es un
desarrollo personal direccionado por las vivencias de los artistas. Si tenemos
en cuenta todo esto, no nos debería parecer raro que las canciones nos hagan
viajar, sentir alivio, pena o amor, en el fondo son los artistas los que nos
están mostrando su vida a través del Rock.
Francisco Andrés Soto Castro
Ingeniería Civil Industrial
Ingeniería Civil Industrial
Universidad de Santiago de Chile
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