No es un misterio
para nadie que las dimensiones de la política abarcan prácticamente todos los
elementos de la sociedad desde cómo se estructura la economía hasta las
fluctuaciones del mercado y como eso transforma la sociedad en su conjunto, sin
embargo los agentes inmersos tras estas voluntades son lo de mas imperceptible
actuación, lo cual nos genera la interrogante ¿De qué manera estas voluntades o
intenciones se hacen presentes en la construcción de un pensamiento o saber
colectivo?
La historiografía
como disciplina se encargado de documentar las transformaciones de la sociedad
humana a través de la recopilación de sucesos, pero más importante aun el
análisis de cómo ah sido el proceso de construcción de esta memoria social y
colectiva. Poniendo en consideración que estas construcciones son realizadas
con fines de orientación societal, no es extraño pensar que en alguna medida
este tipo de estudios estén al servicio de estas intenciones ya sean políticas
o individuales de quienes los emiten.
Junto con lo
anterior hay que tener en consideración que el sistema económico y político
actual imperante en la mayoría de las naciones del mundo es el capitalismo por
lo cual de forma consciente o inconsciente se aprueba el supuesto de la
naturaleza económica del ser humano, bajo el cual se sustentan la mayoría de
los mecanismos de sustento social tanto a el mercado como la acción de entes
estatales o extra-estatales.
Se vive bajo el
supuesto de que el mercado es una fuerza invisible que tiende hacia el
desarrollo incluso hacia el equilibrio, supuestos que se contrastan de sobre
manera con la realidad actual del mundo.
Para muchos la economía
es el mecanismo mediante el cual se genera un equilibrio en la distribución y
transacción de diversos recursos en base a acuerdos globales que rigen la
competencia, sin embargo estos suena extraño al ver que en realidad los
beneficios no son paritarios sino que muy por el contrario operan a favor de
grupos muy reducidos.
En torno a lo
anterior podríamos inferir la siguiente idea.
Los elementos bases
de la economía liberal al parecer no operan en torno al bien de sistema sino
que se encuentran más bien guiados por Voluntades políticas generadas desde un
determinado sector minoritarios de la población, y gracias al desarrollo
coercitivo que ah tenido la sociedad con este modelo el trasfondo de estas
voluntades se subyace en el inconsciente colectivo.
Esto se ve
evidenciado en elementos claves del transcurrir cotidiano de la población
general la matriz valórica operante es
en muchos sentidos más funcional al sistema que al individuo en el sentido de
que se le implanta elementos como el desarrollo, la humildad, o el trabajo como
valores que si bien son de alta estima la conceptualización que se tiene de
estos gira mas en torno a la definición económica que a la humana.
Inclusive en el
periodo reciente de la Guerra fría en ciertos sectores de la población era
implantado una suerte de desprecio a personas que demostrasen ideas contrarias
al sistema imperante en sus región tras la polarización del globo, esto es un
muestra evidente del grado de injerencia que poseen las políticas sobre la
mentalidad de las personas, intromisión lograda principalmente a través de
mecanismos de propaganda y de publicidad.
En síntesis,
podríamos decir que el tan cuestionado libre albedrio de las personas puede ser
sometido a otro factor de cuestionamiento el cual es como una persona criada en
un sistema generado en torno a los intereses de determinados agentes, puede
generar realmente intereses propios verdades sin recaer de forma inconsciente
en los supuestos que para el bien del sistema económico se le son propuestos.
Tal vez esta
reflexión no va dirigida solamente hacia los agentes referentes al mundo
económico, puesto que es de alguna forma la manera en que estos ejercen su
acción básica, sino también a los agentes de comunicación social entre los
cuales no solo figuran las ciencias comunicacionales sino también los
generadores de conocimiento como academias o universidades quienes a través de
la validación de esta memoria no son capaces de generar criticas que apunten
hacia la validación de la libertad no tan solo en su dimensión física o
política sino cognitiva.
Jaime Améstica Acevedo.
Ingeniería Civil en Obras
Civiles.
Universidad de Santiago de
Chile.
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