sábado, 31 de agosto de 2013

Voluntades Políticas inmersas en la cotidianeidad





No es un misterio para nadie que las dimensiones de la política abarcan prácticamente todos los elementos de la sociedad desde cómo se estructura la economía hasta las fluctuaciones del mercado y como eso transforma la sociedad en su conjunto, sin embargo los agentes inmersos tras estas voluntades son lo de mas imperceptible actuación, lo cual nos genera la interrogante ¿De qué manera estas voluntades o intenciones se hacen presentes en la construcción de un pensamiento o saber colectivo?

La historiografía como disciplina se encargado de documentar las transformaciones de la sociedad humana a través de la recopilación de sucesos, pero más importante aun el análisis de cómo ah sido el proceso de construcción de esta memoria social y colectiva. Poniendo en consideración que estas construcciones son realizadas con fines de orientación societal, no es extraño pensar que en alguna medida este tipo de estudios estén al servicio de estas intenciones ya sean políticas o individuales de quienes los emiten.

Junto con lo anterior hay que tener en consideración que el sistema económico y político actual imperante en la mayoría de las naciones del mundo es el capitalismo por lo cual de forma consciente o inconsciente se aprueba el supuesto de la naturaleza económica del ser humano, bajo el cual se sustentan la mayoría de los mecanismos de sustento social tanto a el mercado como la acción de entes estatales o extra-estatales.

Se vive bajo el supuesto de que el mercado es una fuerza invisible que tiende hacia el desarrollo incluso hacia el equilibrio, supuestos que se contrastan de sobre manera con la realidad actual del mundo.

Para muchos la economía es el mecanismo mediante el cual se genera un equilibrio en la distribución y transacción de diversos recursos en base a acuerdos globales que rigen la competencia, sin embargo estos suena extraño al ver que en realidad los beneficios no son paritarios sino que muy por el contrario operan a favor de grupos muy reducidos.

En torno a lo anterior podríamos inferir la siguiente idea.
Los elementos bases de la economía liberal al parecer no operan en torno al bien de sistema sino que se encuentran más bien guiados por Voluntades políticas generadas desde un determinado sector minoritarios de la población, y gracias al desarrollo coercitivo que ah tenido la sociedad con este modelo el trasfondo de estas voluntades se subyace en el inconsciente colectivo.

Esto se ve evidenciado en elementos claves del transcurrir cotidiano de la población general  la matriz valórica operante es en muchos sentidos más funcional al sistema que al individuo en el sentido de que se le implanta elementos como el desarrollo, la humildad, o el trabajo como valores que si bien son de alta estima la conceptualización que se tiene de estos gira mas en torno a la definición económica que a la humana.
Inclusive en el periodo reciente de la Guerra fría en ciertos sectores de la población era implantado una suerte de desprecio a personas que demostrasen ideas contrarias al sistema imperante en sus región tras la polarización del globo, esto es un muestra evidente del grado de injerencia que poseen las políticas sobre la mentalidad de las personas, intromisión lograda principalmente a través de mecanismos de propaganda y de publicidad.

En síntesis, podríamos decir que el tan cuestionado libre albedrio de las personas puede ser sometido a otro factor de cuestionamiento el cual es como una persona criada en un sistema generado en torno a los intereses de determinados agentes, puede generar realmente intereses propios verdades sin recaer de forma inconsciente en los supuestos que para el bien del sistema económico se le son propuestos.

Tal vez esta reflexión no va dirigida solamente hacia los agentes referentes al mundo económico, puesto que es de alguna forma la manera en que estos ejercen su acción básica, sino también a los agentes de comunicación social entre los cuales no solo figuran las ciencias comunicacionales sino también los generadores de conocimiento como academias o universidades quienes a través de la validación de esta memoria no son capaces de generar criticas que apunten hacia la validación de la libertad no tan solo en su dimensión física o política sino cognitiva.     




Jaime Améstica Acevedo.
Ingeniería Civil en Obras Civiles.
Universidad de Santiago de Chile.

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