viernes, 5 de diciembre de 2014

Las detenciones ciudadanas: no curan ni siquiera el síntoma


Ya que en las últimas semanas se han dado a conocer, o “viralizar” videos de detenciones ciudadanas, no está de más que una persona promedio como yo opine sobre esto. ¿Estará bien hacerlo? Si la justicia “no hace nada” para solucionarlo, ¿Habrá que tomarlo con nuestras propias manos? ¿El delincuente reflexionará sobre su situación y dejará de delinquir? ¿Servirá que existan más carabineros en las calles?

Yo creo que esto no soluciona absolutamente nada, es más, quizás el delincuente –que de victimario pasó a ser víctima- lo haga de nuevo (y lo hará, estoy seguro), y con más rabia que la última vez, ¡Pero claro que sí! Si probablemente no sabe hacer otra cosa, es su realidad, creció para ser un lanza porque vivió rodeado de eso, de vulnerabilidad, de abandono. Algunos dirán que hay personas que, a pesar de vivir en un ambiente así, pueden sobresalir, e incluso destacar, siendo profesionales, deportistas, artistas, o trabajando para “ganarse el pan”. Pero en la barbarie del país con el capitalismo más extremo del mundo, o como dijo alguna vez Ricarte Soto: “Chile es la Corea del Norte del capitalismo”, así que no es de extrañarse del surgimiento de cada vez más niños y adolescentes que decidan escoger este camino.

¿Y si se metieran presos a esos delincuentes? Yo respondería a eso preguntando de vuelta: ¿No será mejor hacer un cambio más radical y de largo plazo, como combatir la desigualdad? Puede tomar muchísimos años eso, pero considero mucho mejor hacer un plan con numerosas medidas en todo ámbito (económico, luego la social y la ambiental), para intentar llegar al ideal de Islandia, en donde los policías prácticamente “no tienen pega cotidiana” porque los delitos como robos, “lanzazos” y asesinatos son muy raros. Por eso, medidas como más policías o focalizarlos a sectores donde existen aglomeraciones, no curan la enfermedad, apenas alcanzaría para disminuir el síntoma, al ir en desmedro de otros sectores que también necesitan de seguridad. Yendo por una línea similar, la “solución” de construir más cárceles o meterlos a todos presos, puede ser peor el remedio que la enfermedad, sobre todo para la última medida. Es obvio que en un sistema carcelario como el nuestro solo servirá para que esas personas presas por robo por sorpresa (lanzazos) sean en el futuro delincuentes más peligrosos. Esto sucede con frecuencia.

Volviendo a las detenciones ciudadanas en sí, existe además un morbo de la gente que observa con placer cómo esa persona es retenida, amarrada o desnudada, dándole de nalgadas (como pasó en Concepción), o envuelta en papel aluza, cual coliseo romano o cuales países donde existe la pena de muerte, o cual tiempos oscuros atrás, donde la tortura era una política de Estado, el Terrorismo de Estado encarnado de manera implícita, aunque obviamente no de las proporciones ocurridas en la dictadura.


Ya cerrando el tema, esto seguirá ocurriendo, ya que las “reformas” que Bachelet quiere implementar no se acercan para nada a ese ideal que a mí me gustaría estar, y en el congreso tampoco hay una voluntad de realizar (la mayoría de ellos); así como la Virgen del Cerro San Cristóbal le da la espalda a los “rotos”, el congreso le da la espalda los pobres, a todos nosotros, de manera literal (da la espalda a los cerros, como simbólica al resto del país). Los más contentos quizás, los más ricos que, sentados en qué comuna del sector oriente de la capital, se ríen porque: ven o se enteran cómo entre pobres se roban y entre pobres se atacan y cómo sus riquezas aumentan de forma casi exponencial en desaceleración económica. Por lo tanto, el síntoma queda intacto.

Manuel Valenzuela Tiznado
Estudiante de Ingeniería Ambiental
Universidad de Santiago de Chile


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