martes, 9 de diciembre de 2014

“Chile y su duro camino hacia una real inclusión”

Cada año, por alrededor de esta fecha cercana a la Teletón,  se observan los distintos debates a nivel social, sea por medio cibernético o personal, con respecto a la inclusión.
Somos mundialmente conocidos por ser uno de los países más unidos cuando se trata de este tema, somos uno solo yendo a por una noble causa, que es ayudar al prójimo “inválido o discapacitado”.
¿Pero, será realmente así?
Sabemos también que somos una sociedad fuertemente marcada por los prejuicios éticos, morales y sociales; donde no se está preparado para una real inclusión o aceptación legítima del resto; sino que cuando nos encontramos frente a un caso de personas con diferentes aptitudes o capacidades; aquellas que les falta alguna extremidad o posee un tipo de enfermedad extraña; se tiende a sentir lástima  e incluso incomodidad por esos individuos (basta con ver los comportamiento de la sociedad en la calle, en las micros, en los centros comerciales, etc.), más que una honesta aceptación o inclusión.
Es en estos, en que uno se podría plantear la siguiente pregunta: “¿Cómo cambiaría la visión con respecto a las personas con capacidades distintas y el trato hacia ellos, si la cultura chilena fuese distinta?”
Tener algún grado de discapacidad en Chile, ya sea físico o psíquico, es complicado debido a que en el país, ni siquiera políticamente tiene  algunas reglas para poder mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas. No hay facilidades en los ámbitos de salud, de educación, de transporte en la vía diaria, etc. Ni siquiera hay políticas públicas con enfoques sociales que puedan dar énfasis a los Derechos Humanos de los que  o algo parecido, para que la gente pueda tomarle mayor importancia a los derechos de las personas discapacitadas. Las políticas públicas que hay son de carácter biomédicas, que significan que tiene que ver con la medicación que se les da  las personas, que inclusive podrían tener efectos secundarios a lo largo de la vida de quienes consumen ese tipo de droga, lo que implicaría el trabajo con el individuo en casa, apartando así, aún  más a las personas del resto de la sociedad.
Quizás sea necesario que hubiese alguna intervención social del Estado, para poder instruir a la sociedad  para que puedan tener alguna visión más integral en cuanto a las discapacidades[1]
El tema de la discriminación también es un tema que se debería abordar. La discriminación se puede observar  o explicar por muchas razones:
La discriminación es un fenómeno basado en relaciones entre diversos grupos sociales, y tienen sus raíces en la opinión que un grupo tiene sobre otro.
Por lo general, la mente humana prefiere pensar por medio de categorías y prejuicios más o menos estáticos, este hecho ocurre de  una manera natural, pues se necesita un punto de partida para cualquier estructura de pensamiento, nuestro juicio o criterio se basa en lo que nosotros consideramos “normal”[2]
Como acá se menciona, la discriminación parte desde el punto de vista, en que primero, la sociedad se divide en grupos, dependiendo de distintas características, como ideales, estratos socio-económico, etc. que hayan entre ellos; y segundo,  se tienen ciertos paradigmas de lo que es  normal o no lo es.
Uno de los problemas de la discriminación, es  que se estereotipa a ciertos personajes, tomando en cuenta algunas impresiones, algunas ideas  o incluso sólo la primera impresión que se toma de ese alguien, la cual es muy difícil que ese juicio pueda a llegar completamente correcto.
Cuando uno plantea este punto, y lo contextualiza en el plano chileno, se podría hablar una infinidad de cosas con respecto a este tema en particular. La discriminación hacia el otro, el ser casi inferior es un tema que se ve en el día a día en el país. La cultura chilena, tiene casi como una característica intrínseca ese casi don de menoscabar al resto, de burlarse de lo distinto, de sentirse incómodo con lo inusual, con lo distinto, con lo que sale de los parámetros de lo normal.
Al reflexionar este último punto, se puede llegar a sentir hasta lástima por la situación en la que estamos, en donde el egoísmo y el individualismo llegan a un punto que no tiene explicación.
Tal vez falta demasiado para Chile, para poder lograr un raciocinio más lógico en cuanto al tema del racismo y para que se pueda aceptar la diversidad.
Quizás es un camino muchísimo más largo del que se cree. Probablemente se deba quedar así, tan  sólo como una simple utopía el camino hacia un cambio en la cultura y en la consciencia social chilena.
Quizás llegó el momento en que nosotros, los futuros profesionales del país, quiénes se encargarán del desarrollo social en el futuro,  puedan intentar hacer un cambio,  y seguir luchando para un Chile más unido,  más justo, más tolerante.
Tal vez es el tiempo de dejar de ser pasivos, e intentar seguir por un Chile que acepte la diversidad. Luchar por profesionales que intenten cambiar el país realmente, y por una sociedad que despierte del letargo en el que se encuentra.
Creo que no es un trabajo fácil, pero es mejor luchar e intentarlo,  que quedarse con la duda de “qué pasaría” si hiciésemos algo para cambiar la idea de una simple utopía.
Sería un gran cambio, sí, completamente; pero de aquí al hecho, habrá que esperar un largo tiempo, a ver si es que algún día llegase a pasar.

  



Biografía

La Discriminación y el Derecho a la Igualdad. (LIBRO)



[1] Discapacidad en Chile http://www.fnd.cl/discapacidadenchile.html.
[2]Marchant, La Discriminación y el Derecho a la igualdad, pág. 13



Gonzalo Peralta Mercado
Ingeniería Civil en Geografía 
Universidad de Santiago de Chile

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