La educación es un tema complejo a nivel global y en Chile ha suscitado
grandes movimientos sociales. En 1972 con el gobierno de Allende, en 1980 por
las políticas del régimen militar y durante los últimos años 2006 y 2011 se han
repetido movimientos estudiantiles relacionados con la gratuidad y calidad de
la misma y la igualdad de oportunidades. Hoy en 2014, tenemos un paro docente,
que busca mejorar las condiciones de los profesores. Pero hasta ahora no se ha
visto movimiento social por una educación con un contenido más plurivalente.
Pareciera que estamos felices y conformes con un sistema piramidal de enseñanza
que se repite a nivel mundial, en donde lenguaje y matemáticas utilizan los
primeros puestos, le siguen ciencias e historia, deportes y muy por debajo
tenemos las artes y la música. Si es que tenemos suerte, podemos encontrar
talleres de teatro y de deportes específicos. Mi creencia es que este sistema
destruye las capacidades creativas de los niños a muy temprana edad. El sistema
de calificaciones atenta contra el derecho a estar equivocado y genera un miedo
a ser distinto, a ser original.
¿Por qué esto es importante entre tanto otro debate acerca de la
educación? Las artes abrazan la Innovación, buscan las equivocaciones y
plantean nuevas lecturas así como nuevas soluciones a distintas disyuntivas. Una
sociedad educada para creer en sí misma, en la capacidad de las ideas nuevas,
es una sociedad que abraza las mejoras y busca arreglar las deficiencias que
hoy la aquejan, ya sea en el área de la educación o no. Las clases de artes,
música y deportes no deberían ser calificados, pues son las áreas en que los
humanos exploramos, nos conocemos y expresamos. El lenguaje no puede comunicar
las mismas emociones y los mismos pensamientos que el dibujo o la danza; la
música está íntimamente ligada al pensamiento matemático, activa miles de
conexiones en el cerebro y el deporte es fundamental para un equilibrio de
vida, un espíritu y cuerpo saludables. Estas materias son igual de importantes
que las matemáticas, ciencias y humanidades, pues preparan y potencian a un
individuo con herramientas para enfrentarse a cualquiera sea la especialización
que elija en un futuro y a la vida misma.
El sistema escolar como lo conocemos hoy fue pensado durante la era
industrial, en donde otras necesidades buscaban ser satisfechas con los recursos
humanos que daría la educación pública. Hoy es necesario cambiar el paradigma
educativo que daña profundamente nuestra sociedad, que promueve personas que no
saben comunicar ni darse a entender a través del movimiento de su cuerpo, es necesario cambiar su sistema de
calificación que no fomenta la creatividad. Me atrevería a decir que incluso
asesinan cualquier atisbo de ella buscando alinear a pequeñas mentes llenas de
ideas, en pensamientos específicos, en información dura que no admite segundas
respuestas. Los niños desde pequeños aprenden a que estar “equivocado” está mal
y buscan diversas formas para desestimar y evitar esas equivocaciones. No les
enseñamos a aceptar el error como algo natural en nuestro día a día y a
aceptarlo aprendiendo de él.
Dejamos que nuestros niños pasen la mayor parte de su vida sentados, siendo
obligados a aprender materias que consideramos importantes y fundamentales, temiendo
a equivocarse, haciendo grandes esfuerzos por mantener su atención en algo poco
atractivo. Pienso de manera apasionada en que los niños no deben ser olvidados
como seres creativos. Picasso dijo: "Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo
artistas al crecer." No se les debe inculcar una cultura que teme estar
equivocado, ni se les debe mirar como mentes vacías que llenar, pues la
creatividad y la innovación no son cualidades aplicables solo a las artes. En
la ciencia, en el lenguaje y las matemáticas se necesitan personas que a través
de su ingenio puedan ser mejores, creando nuevas respuestas, avanzando conforme
a las nuevas generaciones y sus nuevas preguntas. Necesitamos cambiar
paradigmas que nos mantienen ligados a un sistema obsoleto, eliminar
calificaciones por dar paso a la creatividad, eliminar la jerarquización de
materias que son tan importantes como las demás, todo por ese futuro que nos
gustaría ver brillar.
Camilo Yañez L.
Ingeniería Civil Química
Universidad de Santiago de Chile
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