sábado, 13 de julio de 2019

La epidemia de la gente agradable



Sebastian Alvarado Paillan. Estudiante de Ingenieria en Matemáticas.

Solo eres una mierda buena onda, recita Jorge Gonzales en su conocida canción “Nunca quedas mal con nadie”. Naturalmente se nos viene a la cabeza ¿qué tiene de malo ser buena onda, o una persona agradable?, la respuesta es simple y a la vez muy complicada: No esta mal, pero siempre que sea congruente con nuestro interior y aquí está la trampa. No siempre queremos ser agradables, o buenas personas.

Elena: “Sebastian, eres muy bueno (con tono acusativo y de desaprobación)”, palabras de mi jefa hace unos años, en ese momento no lo veía como algo malo, incluso me sentía orgulloso de ello, como podría ser bueno algo malo pensaba en mi cabeza. Era un simple recepcionista que nunca decía que no, trataba increíblemente bien a los huéspedes y dejaba que hicieran lo que quisieran, vivía evitando los conflictos buscando “no quedar mal con nadie”. El problema está, en que realmente SI quería decir que no y cuando trataba a los huéspedes bien, realmente no lo quería hacer. Vivía incongruentemente con mi interior, o mejor dicho no vivía, sino que interpretaba a un personaje (Sebastian el chico bueno).

-Hoooola, ¿Cómo estás?, Qué bonito día, ¿no?, ¿Como quieres que me comporte hoy?, Puedo ser lo que tu quieres que sea. No quiero llevarme mal contigo así que no daré mi opinión ni diferiré con la tuya, así podemos ser amigos y llevarnos bien, ¿no? Si sientes cierta resistencia a leer los fragmentos anteriores, una pequeña incomodidad o simplemente ganas de cerrar la pestaña e ir a ver un vídeo en YouTube de personas que piensan similar a ti. Te comento que hay una alta probabilidad de que tengas el síndrome de la persona agradable.


El síndrome de la persona agradable, la actitud de cambiar nuestra personalidad tal como un camaleón cambia su color, para llevarnos bien con las personas incluso si no nos caen bien. Este síndrome se puede desenvolver de varias formas. Cuando le decimos SI a todos, incluso si no lo queremos. ¿Me ayudas con esto? Si, ¿Me pasas la tarea? Si, ¿Puedes hacerme un favor? Si. También está el caso cuando nos guardamos siempre nuestra opinión o sentimientos. “Hey, Podrías parar no me gusta tu actitud”, ocho palabras que fácilmente pararían a alguien abusivo, pero nos guardamos esas palabras y preferimos seguir siendo maltratado por miedo a perder la amistad o a entrar en un conflicto. Pararnos y darle un beso a la persona de la cual nos sentimos atraído, algo que fácilmente podría empezar una gran relación, pero nuevamente por miedo de perder la amistad, no lo hacemos.  

Todos tenemos este síndrome en mayor o menor medida, es parte de nuestra naturaleza, para sentirnos aceptados y seguros. Pero cuando este síndrome nos domina, dejamos de ser nosotros mismos, actuamos detrás de una faceta falsa y pasamos de vivir nuestra vida a actuar permanentemente en una obra de teatro, actuando sobre un personaje. Esto, aunque parece inofensivo puede llegar a ser catastrófico. El simple hecho de guardarnos nuestros sentimientos puede llevar al uso de drogas y alcohol para apaciguar nuestro dolor y sufrimiento. A explotar y liberar toda la ira guardada por no mostrar nuestro descontento. A que se aprovechen de nosotros y nos utilicen. Y la que en mi opinión es lo peor, dejar nuestra felicidad para el final solo por evitar los conflictos y el peligro.  


Cuando adaptamos este comportamiento, en realidad estamos utilizando a los demás para satisfacer nuestras más profundas necesidades, muchas veces inconscientemente. No estamos buscando ser “agradables” estamos buscando algo a cambio. Un claro ejemplo se encuentra al interior de una disco, bar, pub, etc. en donde un gran numero de hombres se ofrecen a comprar comida, tragos y cualquier otra cosa que las mujeres quieran, tratándolas muy bien y mostrando un personaje caritativo, chicos buenos podríamos decir, aunque la verdad es que en su interior solo está en busca de sexo superficial para llenar su falta de amor, actuando incongruentemente solo para llenar este vacío. En el caso anterior, no es que este mal buscar relaciones, pero la forma en que se hace, perdiendo toda la autenticidad y actuando manipulativamente puede llevar a espantosos desenlaces, Quien no ha visto al típico tipo que se queja de hacer todo lo que las chicas quieren y que nunca lo tomen en cuenta. Y por el otro lado, claro la chica quejándose de que solo la ven como un objeto sexual. En palabras de Robert Glover: En general, las personas no son atraídas a la perfección en otros. Las personas son atraídas por sus intereses en común, problemas en común y la energía individual. Los humanos se conectan con humanos. Esconder la humanidad y tratar de proyectar una imagen de perfección hace ver a una persona vaga, sin vida y poco interesante” Glover, R. (2001).&nbsp


Con todo lo anteriormente dicho, hago el llamado de ser más reales y auténticos, con el fin de relacionarnos de mejor forma, aprender más de los demás y volver a vivir congruentemente con nuestro interior. Siempre es útil recordar que no tenemos por qué llevarnos bien con todas las personas, ni tenemos que ser atractivos para todos, saber esto y mas importante, interiorizarlo nos permite ser mucho mas libres, mostrar nuestro verdadero ser y finalmente vivir nuestra vida y no la que otros nos imponen.


Nota: el propósito de este ensayo es mostrar una problemática que es normalizada en nuestra sociedad, por lo que no aborde sus causas o soluciones. Si quieren saber más sobre este tema el texto citado en la bibliografía indaga mucho mas profundo en este tema

Bibliografía:

Glover, R. (2001). No more Mr. Nice Guy (p. 45). New York: Bantam Books.



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