Antara Jerez Troncoso
Ingeniería Matemática
Con el actual estilo de vida es bastante común encontrarnos con gente cansada y principalmente estresada. Estudiantes y universitarios con sus pesadas cargas académicas; adultos en sus viajes rutinarios de sus casas al trabajo, trabajos que muchas veces ni siquiera son de su agrado; son tan solo algunos ejemplos de cómo se vive hoy en día. Como consecuencia de este estrés encontramos bastantes problemas de salud, pero a fin de este ensayo, nos centraremos en solo uno: El insomnio. Considerando esto, ¿se relaciona el insomnio con la forma en la que vivimos?
American Psychiatric Association [APA] (2013) define al insomnio como la insatisfacción como la cantidad y calidad de sueño presentando como síntomas la dificultad para iniciar el sueño, para mantenerlo o despertar temprano con la incapacidad de volver a dormir. Además de conocer su definición y como se presenta, es necesario que conozcamos algunas de sus causas; entre estas tenemos los cambios de horario y la hora de dormir, también destaquemos que puede ser motivado por algún otro problema como la depresión o el estrés. Como se mencionó anteriormente, de cierta manera el estrés está normalizado en nuestra actual manera de vivir. Trabajos, estudios, deudas, miedos y cambios, entre otros eventos en la vida de una persona, pueden encadenar el estrés; y hoy en día nos hemos mentalizado para adaptarnos a vivir de esta manera. Ahora, si el insomnio puede ser producto del estrés, ¿todos tendremos insomnio? Para poder analizar esto desde otra perspectiva, he decidido hacer una cuantas preguntas a un grupo de 18 personas respecto a algunas características del insomnio. La primera pregunta realizada fue en relación a la cantidad de horas que duermen aproximadamente. Un adulto necesita dormir entre siete y nueve horas (National Sleep Foundation [NSF],2015), y de las 18 personas encuestadas, un 94% duerme menos de lo necesitado de acuerdo a sus edades. A pesar de que la mayoría duerme menos de lo requerido solo un 72% se siente con sueño o cansancio durante el transcurso del día (Notemos que la somnolencia diurna es una consecuencia del insomnio). Luego, se les preguntó si es que tenían dificultad para iniciar o mantener el sueño (Síntoma del insomnio) y esta vez fue un 67% que dio una respuesta afirmativa y finalmente se les dijo que califiquen su calidad de sueño entre cinco categorías distintas: muy buena, buena, regular, mala o muy mala. El 11% de los encuestados considera que su calidad de sueño es muy buena, 11% la calificó como solo buena; un 56% estima que su calidad de sueño es regular y 22% opina que es mala. Ninguno de los encuestados consideró que su calidad de sueño es muy mala. Es importante que notemos que a partir de estos resultados no podemos afirmar si una persona padece o no insomnio, pero si puede ayudar a que analicemos qué es lo que está pasando con nosotros. ¿Por qué nos cuesta dormir? ¿Por qué en vez de tener una buena calidad de sueño, ésta tan solo es regular?
A modo de conclusión retomamos la idea principal; ¿se relaciona el insomnio a la forma en que vivimos? No podemos decir directamente que el estrés al que nos sometemos a diario implica que tendremos insomnio, pero si nos hace más propenso a padecerlo; por ejemplo, dentro de la encuesta se recibieron algunos comentarios diciendo que sus dificultades para dormir aumentan dependiendo la época al presentarse ante ciertos eventos, como finales de semestres o fechas con muchos exámenes. Quizá si el estrés actual nos produce ciertas dificultades al momento de dormir, ¿qué asegura que en un futuro no se convierta en insomnio? Es por eso que lo último que me gustaría decir es que comencemos a tomar consciencia sobre eso. Mejoremos nuestros hábitos para dormir e intentemos dormir mejor, porque es ahora el momento en que podemos detener que los problemas para dormir sean irreversibles, porque cambiar el estrés que se vive, parece ser una tarea bastante difícil.
Bibliografía
American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition (DSM-5).
National Sleep Foundation (2015). National Sleep Foundation Recommends New Sleep Times. Recuperado de https://www.sleepfoundation.org/press-release/national-sleep-foundation-recommends-new-sleep-times
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