El concepto de nanotecnología fue usado como tal en el año
1974 por el científico japonés Norio Taniguchi. Para entender mejor hacia dónde
apunta el mismo, se definió como sigue:
“La nanotecnología es el
estudio, diseño, creación, síntesis, manipulación y aplicación de materiales,
aparatos y sistemas funcionales a través del control de la materia a nano
escala, y la explotación de fenómenos y propiedades de la materia a nano
escala”.
Debemos
entender también que al hablar de “nano” escala, nos referimos a dimensiones
extremadamente pequeñas, por ejemplo un nanómetro es igual a 10^(-9) metros,
tamaño aproximado del ADN e incluso más pequeño que muchas moléculas.
Considerando
lo anterior, comenzaremos a hablar de robots a escala nanométrica (nanobots o
nanorobots) y la increíble utilidad que estos podrían brindarnos. La
manipulación de partículas a dicha escala permite modificar y crear estructuras
desde su nivel más básico, otorgando propiedades totalmente nuevas o quitando
algunas, si así se desea.
Algunos
experimentos exitosos que se han logrado en este terreno son, por ejemplo:
-
En el departamento de nanotecnología de la Universidad de Tel
Aviv se diseñó un prototipo basado en estructuras nanométricas llamadas “puntos
cuánticos” que poseen interesantes propiedades piezoeléctricas. El prototipo básicamente es un cargador para celulares. Su
logro: cargar de 0 a 100% la batería de un Samsung Galaxy S4 en un tiempo de 30
segundos.
-
En India, por su parte, crearon un nano-motor magnético (Nanopropeller) que puede viajar libremente a través de
fluidos biológicos, como la sangre; se controla libremente desde el exterior
gracias al magnetismo y la utilidad claramente va apuntada al área denominada
“nanomedicina”, en particular este dispositivo nos permitiría transportar
fármacos específicos para el cáncer hacia las proximidades de las zonas
afectadas, entre muchas otras utilidades.
De
este último ejemplo se desprende una de las mayores proyecciones para esta
innovación: su utilización en la medicina puede resultar muy beneficioso para
la humanidad y no sólo por los robots y sus aplicaciones, sino por la
modificación misma de las moléculas o genética necesarias para prevenir o
combatir enfermedades que hasta la actualidad se entienden como nocivas e
intratables.
Por ahora está muy regulado el trabajo con nanobots ya que existe el temor de que
un bot auto-replicante pueda ser liberado en el interior de una persona o
incluso el ambiente, produciendo una denominada “plaga gris”, que sería la
“infinita” multiplicación de los nanobots.
Pero
pese al riesgo existente, se dice que la nanociencia provocará una nueva
revolución industrial, pudiendo por ejemplo crear materiales más resistentes
que el acero, pero con sólo un 10% de su masa, entre otras muchas
modificaciones atómicas y moleculares que nos dan el poder de “jugar” con la
nanotecnología.
Si
el cuestionamiento es ¿Por qué se debe implementar? O ¿Para qué hacerlo?, la
respuesta puede deducirse de todo lo antes mencionado, los avances que puede
brindar la nanotecnología no tienen precedentes en la ciencia, a pesar de ser
un sistema inicialmente caro, es cuestión de tiempo para que, mediante su
explotación, se reduzca su costo. En términos de salud los avances hacia una
óptima calidad de vida a los que podemos acceder de la mano de esta neo-ciencia
están sobre la mesa, basta con tener la idea y aplicarla a través de los robots,
en fin. Europa ya está planteando estrategias en pro de los nanobots; es de
esperar que el mundo sepa sacarle el máximo provecho si finalmente decide
utilizarse.
Antonio
Umaña Rodríguez
Ingeniería Civil Mecánica
Universidad de Santiago de Chile
Ingeniería Civil Mecánica
Universidad de Santiago de Chile
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