martes, 8 de julio de 2014

Chile crece económicamente, pero ¿Se acerca a ser un país desarrollado?


       Se quiera o no, día a día la sociedad se ve asociada a la economía nacional. Somos consumidores por naturaleza y cada uno de nosotros aporta al desarrollo económico del país, desde la formación de una empresa hasta la simple compra de un producto en el supermercado.

             Durante el año 2013, según informo el Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió 4,1% respecto del año anterior. Dicha tasa no sale de los márgenes normales de los últimos años que fluctuó entre 3,9% y 4,6%. Estos resultados tranquilizan a los financieros, puesto que se comportan de acuerdo a sus predicciones de largo plazo. Sin embargo, el ciudadano común, informado o no de estos balances, sigue viviendo cada día como cualquier otro.

             Se pregona tanto que Chile es el país del barrio que más expectativas de desarrollo presenta en un corto plazo, que es casi inevitable no relacionarlo con la clara desigualdad social existente. Basta con conocer la distribución de la riqueza en el país para dejar en claro, que si bien la economía crece, esta solo beneficia notoriamente a una pequeña porción de la población: los más ricos.
         Es tan desigual la distribuciones de los bienes en el país que un estudio efectuado por economistas de la Universidad de Chile arrojo como resultados que el 1% de la poblacion es dueña de más del 30% de toda la riqueza y solo cuatro familias controlan más del 50% del mercado de valores. Llegando al punto de que las familias más acomodadas están cerca de monopolizar las industrias más importantes, como la minería, las farmacéuticas, la energía, los medios de comunicación y el retail.

           Partiendo de la base de que un país desarrollado es aquel que crece de forma constante tanto en forma  económica como social y mantiene un alto estándar de calidad para sus habitantes, queda en claro que Chile está muy lejos de acercarse a ser un país desarrollado. Solo necesitamos recorrer por media hora una de la calles de la capital para ver las distintas caras que presenta la sociedad, y sin más, darse cuenta que los que realmente son beneficiados son solo un puñado.

             ¿Se necesitan más pruebas para recalcar la evidente desigual existente en Chile?, basta con solo aseverar los datos ya mencionados y se llegara a la conclusión de que Chile está a cientos de años de poder hacerse llamar un país desarrollado, faltan aún, muchas canchas que emparejar.

Juan Camilo Vivanco Villagra

Estudiante de Ingeniería Civil en Minas

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