"Las células madres son células no especializadas que tienen la capacidad de convertirse en muchos tipos de células diferentes del cuerpo”
Si bien es una definición bastante simple sobre la tecnología de células madre, es aquella que gran parte de la población ha entendido he interiorizado sin tener preparación especial en la materia, por lo que plantear una definición más detallada o técnica en esta ocasión no es de gran relevancia si se considera que la ética es el punto que se pretende exponer en este ensayo.
La sólida evidencia experimental de la aplicación de células madre en inmunoterapia, medicina regenerativa y terapia génica muestran resultados muy esperanzadores en el tratamiento de más de 70 enfermedades y otras en evaluación clínica. Con estos antecedentes es natural la expectación que causa en el mundo su estudio, además de las controversias que han nacido por su manipulación debido a la fuente de obtención de las células junto con los efectos colaterales que podría traer esta ciencia respecto a nuestro desarrollo como sociedad.
Nuestro país ha decidido participar de esta tecnología, es por ello que se hace imprescindible no ser sólo un espectador del acontecimiento internacional sino más bien un partícipe activo a nivel científico y en todos y cada uno de los aspectos que pudiesen verse involucrados en su aplicación.
El progreso en el conocimiento biomédico ha aportado un sinnúmero de soluciones tanto para la prevención y cura de enfermedades que un par de años atrás eran consideradas mortales. Actualmente con el desarrollo de la química y biología esas mismas enfermedades son catalogadas como leves a moderadas gracias a la elaboración de medicamentos de alta calidad. Esto de alguna manera nos da libertad de proyectarnos a futuro respecto a las enfermedades que hoy son patologías graves, sin embargo, basados en conquistas pasadas la ambición por nuevos logros, especialmente en materia de células madre, topa fuertemente con las posturas éticas dado el pragmatismo de sus defensores y el dogmatismo de sus detractores.
La investigación con células troncales adultas humanas no genera una problemática ética específica, dado que se obtienen a partir de tejidos adultos (lo mismo ocurre en la obtención de dichas células a partir del cordón umbilical o fetos espontáneamente abortados), distinto es el caso de la investigación con células troncales embrionarias humanas que sí genera problemas éticos.
El debate ético se genera únicamente por definir el tipo de respeto y protección que merece dicho embrión temprano, es decir, su “estatus embrionario”. No obstante, también hay otros principios que no deben quedar fuera de discusión, estos son: el respeto a la dignidad humana, el principio de autonomía, el principio de justicia y beneficencia, el principio de libertad de investigación y el principio de proporcionalidad.
Considerando nuestra sociedad democrática, la falta de consenso no debiera ser un impedimento en la adquisición de mayor conocimiento de los detalles que rodean estos experimentos o la búsqueda de nuevas formas de regulación que entorpezcan estas y otras investigaciones afines. Como país debemos aspirar a establecer regulaciones claras que establezcan las circunstancias y condiciones de experimentación clínica y científica con embriones y células madre con el fin de asegurar una serie de nuevos bienes y mejorar las condiciones de vida de los seres humanos. Para ello es imprescindible observar y analizar las decisiones que se toman en el extranjero y asesorarse por los comités de ética, pero más aún tomar este debate como propio y discutirlo a nivel país de tal manera de tener una posición clara y sólida del uso de células madre que facilite el desarrollo de ésta tecnología a futuro sin verse retrasada o perjudicada por análisis éticos y/o normativas a destiempo.
Si un tratamiento asegura el bien de las personas la investigación no debiera ser entorpecida por análisis éticos, no obstante, el caso de las células madre es bastante particular puesto que, para las de origen embrionario, la concepción de la vida misma es la que está en cuestión.
La manipulación de células madre es relativamente sencilla en la actualidad, por lo que su crecimiento es importante; de ahí urge la necesidad de tener una regulación ética y legislativa clara. Con un futuro tan prometedor en este campo, informar lo que es mejor para el paciente, para la comunidad y para el ser humano es un deber (¿qué tratamiento?, ¿cómo funciona?, ¿quién lo hace?).
El Juramento Hipocrático implica respetar sin objeción la vida humana desde su concepción, pero además dice que la salud y la vida del enfermo son la principal preocupación. Si bien es cierto estos postulados son relacionados a la medicina, no están alejados de la ciencia en general; la investigación con células madre en uno de sus aspectos contrapone ambos puntos, sin embargo, el consenso es posible cuando de manera racional y ética se considera que el daño que se pudiese ocasionar a algunos es incomparablemente menor al beneficio para otros.
Tamara Bustamante P.
Estudiante de Ingeniería en Biotecnología
Universidad de Santiago de Chile
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