domingo, 1 de septiembre de 2013

La Salud en Chile

El sistema de salud en nuestro país, según Gonzalo Martner, interviene sobre bienes privados y sobre bienes públicos. Esto debido a que existen sistemas de oferta de atención privada de salud y la oferta pública subsidiaria de la salud o gratuita (dependiendo del caso). En este ensayo analizaremos la manera en que el Estado provee de salud a su población y como equipara todos los factores que influyen en tipo  de servicio entregado, ¿Es posible mejorar el desarrollo de la salud pública? Realizo esta pregunta ya que es sabido que el sistema público de salud no se identifica por entregar un servicio de calidad hacia sus usuarios, más bien presenta graves falencias que obligan a dudar de la gestión realizada por el Estado y como éste, enfoca las políticas públicas en esta materia. 
La provisión de salud por parte del Estado hacia todas las personas (universalidad), se debe a distintos factores que inducen a los gobiernos a asegurar el acceso universal a la salud. Por una parte se debe a la existencia del riesgo moral entendiéndolo como situaciones en las que un individuo tiene información privada acerca de las consecuencias de sus propias acciones y sin embargo son otras personas las que soportan las consecuencias de los riesgos asumidos[1]. Esto origina los altos costos de salud en los sistemas privados, obligando a los gobiernos a asegurar el acceso universal a la protección frente a los grandes riesgos sociales. Por otra parte, las asimetrías de información entre los pacientes, tratantes y aseguradoras obligan, en cierta medida, a una intervención del gobierno que asegure un trato universal en el tema de salud.
Después de haber analizado la universalidad del servicio de salud pública, es importante analizar el funcionamiento de este en base a los cuatro criterios estipulados que indican la calidad del servicio. Nuestro servicio de salud pública, según el criterio de equidad, responde a una política que supone el acceso a la salud para todas las personas, siendo decisión del usuario (según su poder adquisitivo), si decide tratarse en el sistema público o privado. En este aspecto, el porcentaje de personas que pertenecen al sistema de salud público alcanza el 66% y los que pertenecen a una Isappre llegan al 20% de la población, y el resto no posee o tiene otro tipo de aseguramiento[2]. Dentro de este universo, el sector privado produce una segmentación de la población según su costo esperado de la atención de salud, diferenciando entre mujeres en edad fértil, sexo y edad, lo que muestra un bajo grado de equidad entre los sistemas público privado. Además podemos mencionar según un estudio de Iniciativa Chilena de Equidad, que los riesgos de morir por una enfermedad catastrófica son más altos en las personas con menor nivel educacional, lo que indica, implícitamente, un grave problema de equidad en nuestro sistema de salud.
Según el criterio de calidad, podemos nombrar el plan maestro de salud que viene funcionando en Chile desde el año 2000, el plan AUGE, que responde a una necesidad de mejorar la equidad y calidad del servicio de salud entregado en nuestro país. El plan AUGE asegura un tratamiento de calidad en base a una lista de enfermedades estipuladas, siendo sus objetivos, el brindar estándares mínimos de calidad y mecanismos de control de costos. Esto nos muestra que la prioridad del gobierno no es entregar calidad en todo el sistema de salud, sino que priorizar el costo/efectividad con poca intención en desarrollar un sistema integral que suponga calidad en todo el ámbito de la salud.
Según el criterio de trato satisfactorio, podemos ver que gracias al plan AUGE, se mecanizaron las formas en cómo se debe tratar al paciente mediante el desarrollo de las Guías Clínicas[3], lo que en cierto grado mejoró el trato dado al paciente, además de entregar un mejor diagnostico para un posterior tratamiento de la enfermedad. A pesar de esto, la falta de infraestructura en el sistema de salud no permite dar un trato satisfactorio a todos los pacientes, siendo una falencia grave que debe ser solucionada.
Según el criterio de contención de costos, vemos que la cantidad de dinero que gasta el Estado en salud, es bastante alto, siendo su objetivo principal el costo/efectividad, por tanto que la importancia del plan no es mejorar el trato al paciente de manera integral sino que lo importante es tratar la mayor cantidad de pacientes en base a requerimientos mínimos de calidad.
En suma, podemos ver que el sistema de salud en Chile responde a una política pública interesante, en donde el plan AUGE juega un papel importante dentro del sistema. El desarrollo de este plan supone un gran avance en el tratamiento de diversos tipos de enfermedades (incluidas en el plan). Si bien, el sistema de salud responde de manera eficiente, vemos que deja de lado ciertos criterios que benefician el desarrollo integral del mismo sistema, disminuyendo su calidad en la atención y manteniendo cierto grado de inequidad dentro del mismo. Está claro que hemos avanzado hacia un mejor sistema de salud, pero lo importante es desarrollar un sistema integral y que no solo busque el costo/efectividad.

Rocío Cornejo Balbontín
Estudiante de Ingeniería Civil en Obras Civiles
Universidad de Santiago





[1] Timothy Lane-Steven Phillips, “Riesgo Moral ¿Alienta el financiamiento del FMI la imprudencia de prestatarios y prestamistas?”, Fondo Monetario Internacional, Washington (Marzo, 2002), pp. 1.
[2] Larragaña, O. Contreras,  “Las Nuevas Políticas de Protección Social en Chile”, Uqbar, (Marzo 2010), cap. 2 Reformas de Salud.
[3] Larragaña, O. Contreras,  “Las Nuevas Políticas de Protección Social en Chile”, Uqbar, (Marzo 2010), cap. 2 Reformas de Salud.

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