El
acero quirúrgico de Carcass
El solo hecho de que Carcass
volviese a subirse a los escenarios fue algo muy bien recibido por la gente en
el ambiente, imagínense cuando anunciaron que estaban trabajando en un nuevo
disco. Una banda legendaria que se le ha atribuido el gran honor de haber sido
una pieza fundamental en el nacimiento de dos subgéneros dentro del metal,
ayudando a sus colegas Napalm Death a asentar las bases del Grindcore y luego más
tarde convertirse junto a At The Gates y Dark Tranquility en los pioneros del
Death Metal Melódico. Pocas agrupaciones se les puede acreditar tal hazaña y
otras muy pocas tienen las capacidades de volver después de diecisiete años a
entregarnos un disco como lo es Surgical Steel.
Jeff Walker comunicó bien claro
que el disco estaría entre los sonidos de “Necroticism” - “Heartwok”, la verdad es que no mintió en
absoluto. Walker se puso el delantal blanco, guantes de látex y junto a su
compañero Bill Steer cortaron y cosieron hasta crear un hibrido perfecto entre
ambos trabajos. Surgical Steel es
tan demoledor como Necroticism y
tiene unas melodías tan cuidadas como Heartwork.
Tal disco nos brinda la posibilidad de hablar de un Carcass más equilibrado de
la historia, de todo un poco para contentar a los fans de distintas épocas.
En este nuevo trabajo no se
cuenta con la participación de Michael Amott ya que comentó tener prioridades
distintas a las de los demás participantes. Lo mejor de todo es que su ausencia
no se hace notar para nada, el dúo Walker/Steer fueron capaces de resucitar la
leyenda Carcass. Completan el cuarteto el desconocido guitarrista Ben Ash y el joven baterista Daniel Wilding, conocido sobre todo
por su trabajo con los belgas Aborted,
y de verdad que este último fichaje les ha venido como anillo al dedo pues la
batería de Surgical Steel es
posiblemente la mejor que se ha escuchado en sus composiciones.
Como comienzo del disco
tenemos la introducción “1985” (año en que se fundó la agrupación), acá surge
una interrogante ¿cómo unas simples guitarras pueden transmitir tanto?, un
inicio electrizante, de los que nos hacen estar en alerta y de los que aseguran
que se vendrá algo excelente por delante. Qué mejor continuación que “Thrasher’s Abattoir”, se siente como
un doloroso puñetazo, recordando la etapa más Grindcore por la que pasó
Carcass, el solo aparece antes del primer minuto y no es de extrañar pues la
canción no alcanza la duración de dos minutos.
Luego continua “Cadaver Pouch
Conveyor System” la que tampoco se queda sin nada que decirnos, agresiva,
directa y técnica. Jeff Walker aún mantiene sus cuerdas vocales intactas y el
solo de la canción nos hace preguntarnos si realmente Michael Amott ha participado o no.
“A Congealed Clot of Blood” es la que sigue del corte anterior, densa e
intensa. Se presenta ahora “The Master Butcher’s Apron” que entra a mil
por hora, sacándonos del letargo de la canción anterior, tiene unos pasajes
donde nos recuerda un poco a Nile, pero no deja de ser un tema completísimo,
buenísimo, de los mejores del disco.
Unas de las más emblemáticas
de Surgical Steel es “Noncompliance to
ASTM F 899-12 Standard”. Si se tiene un poco de conocimiento de los
organismo de normalización (ISO, DIN, APEC, CEN, etc.), ASTM corresponde al
organismo de normalización de los Estados Unidos de América, buscando bien la
especificación (F 899-12 Standard) nos encontraremos que corresponde a la norma
de un acero quirúrgico común, lo cual corresponde al nombre del disco (Surgical
Steel), ahí el título de la canción “incumplimiento a la norma del acero
quirúrgico”. Este tema se perfila como uno de esos cortes de los que van
directos a la vitrina de las obras maestras del género, comienza con unas
guitarras épicas que destilan cierto aroma japonés, próximo a los veinte
segundos nos parte literalmente por la mitad con una escala imposible a
velocidad ultrasónica y con Daniel Wilding
sacando humo en la batería, para el riff posterior simplemente no hay nombre,
es perfecto. El tema seguirá cambiando continuamente y ensamblados
todas sus partes con gran maestría.
“The Granulating Dark Satanic Mills” después de ese comienzo muy
similar a algunos temas de Slayer, irá mutando para ofrecernos un adictivo riff,
recordándonos el disco Swansong de
1996. Este tema junto con varios momentos del “316 L Grade Surgical Steel” son los que más elementos comunes
mantienen con dicho disco.
Continua “Unfit for Human Consumption”, un tema
que se mueve en unas líneas algo más cercanas al Thrash en algunos momentos,
intercaladas con el Death que reina durante todo el repertorio.
Ya acercándonos al final
aparece “Captive Bolt Pistol” que se
une al grupo de canciones más agresivas del disco, también expele su toque Thrash.
Va intercalando las cabalgadas típicas del género junto a pasajes muy Grindcore
y con una gracilidad solo apta para maestros, como los ingleses. El tema
contiene uno de los mejores solos del disco, repartido en dos partes.
Finalmente “Mount
of Execution”, canción más larga de la placa, con una duración de más de
ocho minutos, cosa no demasiado habitual en Carcass. El tema va en aumento, entra suave con unas sutiles
melodías acústicas que irán en creciendo hasta arrancar en un medio tiempo fantástico
pasado el primer minuto.
En resumen, hoy sí que podemos
hablar de un regreso a lo grande. Después de casi dos décadas de “inactividad”,
Carcass han sido capaces de
despacharse uno de los candidatos a disco del año, de hecho fue capaz de
hacerlo, expertos del tema como en Decibel Magazine, Rockaxis, entre otros, lo
calificaron como lo mejor del año 2013. Es suficiente escucharlo solo una vez
para salir de grandes dudas acerca de esta calificación (bueno si es que las
tienen)
Un disco sin rellenos, cuidado
de forma meticulosa de principio a fin y con una producción cristalina. Llegados
a este punto solo queda una cuestión por resolver y es preguntarles a los
señores Jeff Walker y Bill Steer porque han sido tan “malos”
con nosotros y nos han privado de su talento y creatividad durante tantos años,
pudiendo regalarnos verdaderas piezas de coleccionista como este “Surgical Steel” más a menudo.
Pablo Arratia Sánchez
Estudiante de Ingeniería Civil Mecánica
Universidad de Santiago de Chile