miércoles, 23 de diciembre de 2020

Sofía Kovalésvskaya, una mujer prodigio olvidada por la Ciencia y la Literatura

 


Milena Rojas Sepúlveda
Ingeniería Matemática
Universidad de Santiago de Chile

“Es imposible ser matemático sin ser un poeta del alma” [«Es cierto que un matemático no es digno de ese nombre si no es un poco poeta».]
(Sofía Kovalévskaya, Matemática y Escritora, Siglo XIX) 


¿Qué es lo primero que piensas cuando se liga la Ciencia con la Literatura?  ¿Qué es imposible, o tal vez que la relación entre ambas es innecesaria? O bien, ¿que sólo es compatible bajo ciertos términos?

El paso de los siglos, décadas y años han demostrado que es importante el lazo que se crea tanto en Ciencia como la Literatura, debido a que la divulgación científica es necesaria para seguir avanzando hacía otra clase de futuro. Sin embargo, dentro de la historia global, ¿cuántas mujeres han sido olvidadas ha pesar de ser un aporte igual o más importante que los hombres?

El tiempo ha eclipsado por completo a grandes científicas, aquellas mujeres que son dignas de ser estudiadas han sido olvidadas por la sociedad; tal es el caso de mujeres como Sofía Kovalévskaya, María Gaetana Agnesi, Hipatia de Alejandría, entre otras.


Ahora bien, estudiemos y profundicemos en la vida de la prodigio Sofía Kovalévskaya. Esta mujer fue una matemática y novelista rusa del siglo XIX, realizó grandes aportes en el área de las Ecuaciones Diferenciales Parciales, Mecánica y el Análisis. Su vida enfrentó grandes desafíos, pues para la era estaba limitada a aprender rasgos meramente Humanistas, a pesar de que a temprana edad tuviera interés por la Ciencia, e incluso fuera felicitada por profesores particulares. Como fue esperado, tuvo grandes dificultades para entrar a la Universidad, y se vio obligada a casarse para poder optar por la educación superior cambiando su apellido a Kowalevski. Sin embargo, eso no fue impedimento para ahondar en su intelecto matemático; de hecho, tuvo el apoyo del profesor Weierstrass que le hizo clases privadas y la consideró con una de las mejores estudiantes. También Sofía Kovalévskaya perfeccionó famosos resultados como el de Cauchy, el cual ahora es conocido como el Teorema Cauchy-Kowalevski; el cual la ayudó a conseguir el doctorado, junto con temas como integrales abelianas y los anillos de Saturno, siendo así la primera mujer en conseguir el título de doctora en Alemania y el Mundo. Finalmente, dio clases en una Universidad de Estocolmo, en dónde nuevamente fue juzgada por sus pares masculinos; pero aun así logró desarrollar otro trabajo como la rotación de un cuerpo sólido en un punto fijo, y encontrar una tercera solución a los problemas de Euler y Lagrange. Recibe el premio de Bordin de la Academia de ciencias de París en 1888, y el de la Academia de ciencias de Estocolmo al año siguiente. Y no podemos olvidar que fue escritora de títulos como Recuerdos de mi infancia, y Una Nihilista, que fue parcialmente autobiográfica. Por último, muere de neumonía a los cuarenta años. 

La persona nombrada anteriormente ligo por completo la Ciencia y la Literatura, y dio un paso importantísimo que ayudó e inspiró a otras mujeres a dedicarse a la divulgación científica, a pesar de tener muchas trabas para poder lograr su cometido. 

Entonces, ¿cómo fue que Sofía Kovalévskaya relacionó la Ciencia con la Literatura? Si bien fue la escritora de dos libros, el cual uno de ellos fue exitoso; debemos recordar que su aporte fue más que eso, sus estudios, sus trabajos, sus investigaciones todos estrechamente acompañados de los escritos de sus ideas, dan a conocer las capacidades múltiples que ella poseía. De hecho, su historia literaria no se detiene ahí, escribió artículos de prensa, en dónde se dedicó a hacer público avances científicos y técnicos, pero también de crítica literaria, junto con ensayos sociales y políticos.

Cabe destacar, que fue una persona que conocía a la perfección sus propias capacidades y sus obstáculos, pero claramente, nada fue impedimento para imponerse al siglo del cual pertenecía. Y como ella dijo, las matemáticas y la poesía son rasgos esenciales, no sólo por la imaginación y las posibilidades que te da tener otra perspectiva, sino también por el crecimiento personal que eso significa.

“Si no puedes darme poesía, ¿no puedes al menos darme ciencia poética?” (Ada Lovelace; Científica matemática y programadora; Siglo XIX)

Finalmente, su historia es poco conocida, y es olvidada en el tiempo; esto demuestra el como usualmente a las mujeres se les suele dejar de lado, para que los años consuman el recuerdo de sus logros. A pesar de que es común no conocer a muchas mujeres que sepan de Ciencia y Literatura, es relevante saber que sus conocimientos deben ser igual de valorados que los del sexo opuesto. Porque las barreras siempre estarán, pero la inspiración que genera Sofía Kovalévskaya al interponerse frente a todo, da las fuerzas para seguir en el camino de la propagación científica.

















Bibliografía






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