domingo, 30 de noviembre de 2014

La educación: responsabilidad compartida.

La educación es un tema que cada vez está más en la palestra, desde la gratuidad hasta las condiciones laborales de los docentes, pero hay un aspecto que no siempre se menciona o discute: el rol de los padres, pues finalmente ¿Quiénes son los principales responsables de la educación? Muchas veces cuando hablamos de educación se alude a ella como solo aquello que tiene que ver con profesores y escuelas olvidándonos del rol de los padres, quienes cumplen un papel fundamental en la educación de sus hijos. Son los padres quienes están en primer contacto con sus hijos, ellos viven el día a día, son ellos quienes tienen las mejores condiciones para dar el pie a una buena educación, principalmente por su cariño desinteresado, pudiendo así conseguir el crecimiento en la autonomía de sus hijos y, por consiguiente la madurez.

Es por lo anterior que los padres son el pilar fundamental de la educación y los principales formadores de sus hijos, con ellos están desde su primer día de vida, por ello se transforma en un elemento primordial la presencia de valores, reglas, responsabilidades, deberes y derechos que deben entregar a sus hijos en casa, pues a partir de aquello los niños podrán desarrollar sus comportamientos posteriores, si no se transmite desde pequeños a los niños que hay normas y responsabilidades que cumplir durante la vida para poder desenvolverse y lograr distintas metas la labor del docente y de los establecimientos educaciones complica mucho, ya que finalmente estas actitudes ausentes se transforma, en la mayoría de los casos, en la piedra de tope para la educación formal, sin hábitos ni métodos guiar el aprendizaje de un niño o adolescente no resulta efectivo. Es así que sin duda los padres tienen una gran responsabilidad en sentar las bases para que sus hijos se desarrollen en el mundo, fuera de la casa, lejos de la protección que ellos les pueden brindar.

Bien se sabe que la relación que existe en el grupo familiar es única, reflejando así la importancia que tienen los padres en el proceso educativo,  solo en la familia se pueden  dar   tres relaciones insuperables, y que están completamente vinculadas entre sí, aunque son diferentes, como: la filiación, consanguinidad y alianza (Santelices, 2001), demostrándose así que los lazos formados en la familia son únicos, y por ello el aporte que hacen los padres en la educación es fundamental, existe una vinculación innata que finalmente desarrollará en los hijos bases éticas, morales, y valóricas para su posterior educación formal (colegios, institutos, universidades), ya que si bien la educación que reciben en la casa está en directa relación con la que recibirá en establecimientos educacionales, establecimientos que los padres escogerán de acuerdo a sus principios y a la formación que quieren que sigan sus hijos, demostrándose esto en la permanente búsqueda de la mejor educación para sus hijos, y esto en nuestro país significa poder matricular sus hijos en colegios particulares o en su defecto particular subvencionado, ya que en todas las mediciones existentes en la educación como lo es el SIMCE o PSU los resultados están directamente relacionados con el nivel socioeconómico del colegio, presentándose una constante en cuanto a los resultados de aprendizajes de los estudiantes, aspecto que demuestra el por qué los padres escogen o prefieren colegios particulares en vez de establecimientos municipales, según datos recogidos por la encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos, 1987) realizada entre Junio y Julio del año 2011  a toda la población en base al Censo de 2002 , arrojando que un 70% de la población preferiría un colegio subvencionado o particular y solo un 24% escogería un liceo municipal, a pesar de que ambos establecimientos presenten igual costo de matrícula y estén aproximadamente a igual distancia, las percepciones de la educación municipal no han variado y finalmente cada padre entrega a sus hijos las herramientas que les sean posibles y que consideren mejores para sus hijos.

Es por lo anterior que se afirma que los padres son los primeros educadores de sus hijos, por ello no se debe dejar estar tarea solo en las manos del gobierno o los educadores, si bien ambos son actores importantes en el desarrollo de ésta también resulta fundamental la participación de los padres. Es decir, para que la educación sea efectiva y logre los resultados esperados es de suma importancia que los actores involucrados (niños, padres, educadores y colegios) trabajen para un mismo objetivo y bajo un mismo fin: educar.
Las bases que entrega la familia y la educación formal, son las que entregan un marco de desarrollo durante la vida, de esta manera es que debe existir una gran coordinación entre escuela y familia esta es la única forma en que se logre un verdadera formación de las generaciones posteriores, y para lograr aquello es fundamental que las familias, y padres en particular, deben estar lo suficientemente comprometidos con la educación que tienen sus hijos y participar activamente en ella, pues es la única manera que ambos agentes educativos estén vinculados y conectados para impartir los mismos valores éticos y morales en los niños, tiene y debe existir una coherencia entre lo que los estudiantes conocen y aprenden en relación a los valores en el colegio, más que conocimiento o lo intelectuales que pueden llegar a ser,  como con los valores que se le entregan en el hogar, considerando con ello que los padres eligen un colegio para sus hijos según la visión y misión que presenta el establecimiento, equiparándolo con la calidad que éste les pueda entregar.

Por lo anteriormente planteado, es que se puede confirmar que la educación entregada por los padres es clave para todo lo que recibirán los niños a lo largo de la vida, si la familia no cumple su rol educativo, no puede pretender que los colegios y particularmente los docentes inculquen valores y normas de comportamiento a niños que no las han tenido antes, ya que ninguno de los actores educativos puede trabajar sin el apoyo del otro. Son los padres que con las prácticas de crianza pretenden modular y encauzar las conductas de los hijos en la dirección que ellos valoran y desean y de acuerdo a su personalidad, es decir, lo que ellos ya han formado lo dejan en manos de establecimientos educacionales con perfiles que se asemejen a lo que ellos buscan que sus hijos sean, por tanto la educación que se le entregue a los niños está compuesta por lo que entrega y es la familia en sí, añadiendo a ello los aportes que realiza la educación formal (colegios y docentes).

Es importante comenzar a concluir con el hecho de que los padres son quienes educan en valores y actitudes, los hijos aprenden de lo que ven en la casa, de las acciones que tienen sus padres para con ellos y con toda la familia, los niños aprenden desde el ejemplo. Observando,  imitando y conociendo su entorno es que los niños construyen sus aprendizajes y forman su carácter, finalmente es eso lo que llega a las salas de clases, personas ya formadas, con valores y actitudes que vienen desde sus hogares, por esto el rol de los padres es esencial en la formación de las futuras generaciones.

Los padres, la familia, los colegios y los profesores son fundamentales en el proceso de formación de los niños, todos ellos son actores claves en la educación de cada niño. Por esto claro está que la tarea educativa no recae en un solo actor, el profesor, sino que involucra a más personas como lo son la familia, y principalmente los padres.


Finalmente hablar sobre educación siempre será un tema de discusión, en el que se expondrán diferentes puntos de vistas y en el cual todos los actores defenderán sus posturas, pero más allá de eso lo que realmente importa es la calidad que se entregue en ésta y el trabajo que se pueda realizar para mejorarla y lograr aprendizajes claves. La educación debe y puede tener frutos muy provechosos pero para ello es necesario tener objetivos y metas claras además de actores educativos que sean partícipes comprometidos con ella, de esta forma se podrá hablar de calidad educativa, así se podrá tener una educación que cumpla con las expectativas y que forme a las futuras generaciones de manera integral, es necesario el compromiso y el trabajo permanente para tener la tan anhelada educación de calidad en Chile.  



Luis Astorga González.
Ingeniería civil Metalurgia.
Universidad de Santiago de Chile.

Importancia de las mascotas en la vida de las personas.


El perro (clasificación científica “Canis familiaris”) ha sido reconocido desde siempre como el mejor amigo del hombre, esta relación ha evolucionado en el tiempo hasta convertirse en nuevas formas de interacción de las personas con este animal, lo cual ha generado grandes beneficios para la sociedad. 

Todos los caninos viven y trabajan en sociedad, al separarlo de la madre y hermanos de camada, e introducirlo a un ambiente diferente, donde sus únicos compañeros van a ser personas, éstos trasladan su comportamiento social a su nueva “manada”. Esta capacidad de adaptarse fácilmente a convivir con las personas ha permitido su domesticación.

Desde la antigüedad el perro ha sido un participante activo en la vida del hombre, en roles tanto como: la caza, la vigilancia, el pastoreo de ganado, entre otras actividades. Sin embargo, en la medida en que la sociedad ha evolucionado desde pequeñas comunidades agrícolas a mayores áreas metropolitanas, el rol de estos animales ha cambiado, participando en actividades como; la localización de personas desaparecidas, operaciones de rescate en eventos como terremotos, incendios y explosiones, e involucrándose en la detección de narcóticos.

Un mayor número de personas considera a su mascota como otro miembro de la familia, asimismo, el compañerismo de estos canes ha añadido un significado adicional en la vida del ser humano. La principal razón para tenerlos, es la relación de amistad lograda con el animal. Debido a que los dueños destacan que éstos entregan amor incondicional, no enjuician y se puede hacer de ellos el mayor confidente de nuestros más íntimos sentimientos. A demás, son sumamente inteligentes, por lo tanto pueden ser entrenados para lograr conductas extraordinarias en ellos. Estas características pueden servir para elevar la calidad de vida de miles de jóvenes y adultos, especialmente en personas con capacidades diferentes. 

Numerosos son los estudios que han demostrado como las mascotas influyen de manera positiva en la salud y en el bienestar de los humanos. Las investigaciones científicas han clasificado estos efectos en cuatro áreas específicas; terapéuticos, fisiológicos, psicológicos y psicosociales. El estudio señala que meramente abrazar un perro hace que residentes en centros de rehabilitación y hogares de cuidado, pacientes en hospitales y familias en general sientan un consuelo, un gozo y un respeto por todos los seres vivientes. En adición, la compañía de éstos ha demostrado proveer otros beneficios que pueden mejorar la calidad de vida de muchos ciudadanos. 

Los dueños de estas mascotas, deben entender que al compartir sus hogares y sus vidas con uno o más de éstos, significa cumplir un gran compromiso, es decir, que junto con el placer de poseer un perro, es vital mantener una vida saludable y feliz del animal. Se debe tener en cuenta que en la vida de un can las visitas al veterinario, una óptima nutrición y su protección son responsabilidades fundamentales. También cabe destacar la importancia de la castración del macho y de la esterilización de la hembra, debido a que esto no se considera una crueldad, sino que son un gran beneficio para ambas partes. Para el perro significa menos problemas a la próstata y una menor incidencia de cáncer de los testículos, mientras que para la perra significa menos oportunidades de cáncer ovárico e infecciones uterinas, además de contribuir a evitar la sobrepoblación respectiva.

Es por esto que solo es necesario proporcionar a las mascotas afecto y cuidar de sus necesidades con amor para obtener a cambio momentos memorables llenos de risas y alegría. No deja de ser sorprendente como estos seres pueden ayudar a mantener la salud tanto física como psíquica, por lo que es importante agradecer con cada acto de vida, su compañía.




Jenniffer Calderón Calderón.
Estudiante de Ingeniería Civil Química.
Universidad de Santiago de Chile.